Una pugna legal

El dinero que el Departamento de Sanidad del Gobierno vasco paga a los profesionales que de él dependen que se han acogido a la autoconcertación ha recorrido un complejo laberinto por los tribunales del que aún no ha salido de forma definitiva. La consejería que dirige el peneuvista Iñaki Azkuna se niega a cotizar como horas extraordinarias los salarios de la autoconcertación y las cotiza como horas normales ante la Seguridad Social. En 1995, el departamento recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco una resolución de la Inspección de Trabajo de Vizcaya, que consideró la a...

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El dinero que el Departamento de Sanidad del Gobierno vasco paga a los profesionales que de él dependen que se han acogido a la autoconcertación ha recorrido un complejo laberinto por los tribunales del que aún no ha salido de forma definitiva. La consejería que dirige el peneuvista Iñaki Azkuna se niega a cotizar como horas extraordinarias los salarios de la autoconcertación y las cotiza como horas normales ante la Seguridad Social. En 1995, el departamento recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco una resolución de la Inspección de Trabajo de Vizcaya, que consideró la autoconcertación como horas extraordinarias y que, por lo tanto, estaban sujetas a una cotización diferente. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia avaló al final la tesis que defendía la consejería de que no se trata de horas extraordinarias, sino de un programa complementario. El sindicato abertzale LAB, que fue el que denunció a Osakidetza ante la autoridad laboral, ha recurrido esta decisión, recurso que se haya pendiente de ser resuelto. La autoconcertación permite a los profesionales sanitarios ingresar un sobresueldo trabajando fuera de su jornada habitual. Los sindicatos cifran entre las 100.000 y las 200.000 pesetas al mes lo que un médico puede cobrar por operar por las tardes. Desde que el programa se puso en marcha en el año 1993, ha ido creciendo progresivamente el gasto que el departamento realiza en personal por esta cuestión, pàsando de los 336 millones de pesetas iniciales a lo 733 millones que tuvo que invertir en el pasado ejercicio. En cambio, el gasto de funcionamiento, que creció entre 1993 y 1997 (pasó de 288 millones de pesetas a 525), se redujó el año pasado con respecto al anterior, ya que bajó a 450 millones. Todos los años, menos el primero del programa, el coste de la autoconcertación -entre funcionamiento y personal- ha superado los mil millones.

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