Un artista de la promoción
Rico y famoso, con multitud de admiradores en Europa y Estados Unidos, Johann Strauss fue uno de los precursores de los macroconciertos y los hit parades. Strauss consiguió convertir su célebre vals El bello Danubio azul en uno de los éxitos más perdurables de la historia de la música. Compuesto en 1867, la obra fue interpretada más de un millón de veces ese mismo año. Popular ya en toda Europa, conquistó Estados Unidos en 1872, cuando dirigió una orquesta de mil músicos en una carpa de Boston. 50.000 personas asistieron al macroconcierto.Johann Strauss fue músico a pesar de la oposición de su...
Rico y famoso, con multitud de admiradores en Europa y Estados Unidos, Johann Strauss fue uno de los precursores de los macroconciertos y los hit parades. Strauss consiguió convertir su célebre vals El bello Danubio azul en uno de los éxitos más perdurables de la historia de la música. Compuesto en 1867, la obra fue interpretada más de un millón de veces ese mismo año. Popular ya en toda Europa, conquistó Estados Unidos en 1872, cuando dirigió una orquesta de mil músicos en una carpa de Boston. 50.000 personas asistieron al macroconcierto.Johann Strauss fue músico a pesar de la oposición de su padre, otro popular compositor de valses y director de una orquesta de baile en la época. En 1841, su padre lo envió a la universidad politécnica de Viena para que estudiara contabilidad, pero al joven Johann no le interesaban los números y se ganó a pulso la expulsión en 1843 por "conducta contraria a la disciplina". Al año siguiente creó su propia orquesta de baile y debutó como director con sus propias composiciones en Viena, iniciando una dura competición con su padre, con el que no se reconcilió hasta dos años antes de su muerte, en 1847. Empezó entonces a controlar el negocio de las orquestas de baile.
Su talento para promocionarse se consolidó cuando a los 37 años se casó con la ex cantante de ópera Henriette Treffz, siete años mayor que él y madre de siete hijos de diferentes padres a los que dejó en manos de sus progenitores para consagrase a su marido y a gestionar sus conciertos. Su pericia en el terreno le valió el sobrenombre de "medio millón". Apenas dos meses después de su muerte, a cuyo funeral no asistió el propio Strauss, el compositor se casó con otra cantante, Lily Dittrich, esta vez 25 años más joven que él, que lo abandonó a los cuatro años de matrimonio. Su última esposa, Adele, a la que Strauss llevaba 30 años, resultó otra eficaz promotora de Strauss y en el mundo de la música se la conocía como "la Cosima del compás ternario".