Fontcuberta cree que la fotografía es un puente del siglo XIX al XXI

El Premio Nacional de este año publica "Ciencia y fricción" y "El beso de Judas"

, Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) sostiene que la fotografía no es una huella "inicua, aséptica e inocente", sino que responde a intereses como cualquier mensaje en un proceso de comunicación. Cree también que la fotografía es un puente cultural entre el siglo XIX y el XXI. El artista, Premio Nacional de Fotografía de este año, tiene en estos momentos dos libros en el mercado, Ciencia y fricción (Mestizo) y El beso de Judas, fotografía y verdad (Gustavo Gili).

"En el siglo pasado se inventó un concepto de realidad que es el que manejamos ahora y que es muy visual y tangible, pero que...

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, Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) sostiene que la fotografía no es una huella "inicua, aséptica e inocente", sino que responde a intereses como cualquier mensaje en un proceso de comunicación. Cree también que la fotografía es un puente cultural entre el siglo XIX y el XXI. El artista, Premio Nacional de Fotografía de este año, tiene en estos momentos dos libros en el mercado, Ciencia y fricción (Mestizo) y El beso de Judas, fotografía y verdad (Gustavo Gili).

"En el siglo pasado se inventó un concepto de realidad que es el que manejamos ahora y que es muy visual y tangible, pero que hace de puente con el siglo que viene, donde prevalecerá lo virtual y lo ilusorio", asegura Fontcuberta. Su idea, desarrollada en Ciencia y fricción, es que la fotografía ha constituido un paréntesis entre dos tipos de imágenes: la pintura y las imágenes digitales. En ambos casos tienen una misma naturaleza estructural que es una composición de unidades mínimas, como es la pincelada a pincelada o el pixel a pixel. "La estructura de la infigurable y la de la pintura es la misma", aclara el autor.El libro Ciencia y fricción está basado en tres proyectos artísticos suyos, Herbarium, Fauna y Moby Dick, y recoge una selección de textos suyos de filósofos, biólogos y escritores, que ayudan a contextualizar estos trabajos. La tesis de Fontcuberta es que la fotografía seguirá existiendo más allá de la era electrónica. "Las máquinas nos empujan a privilegiar lo menos maquinal del hombre", aclara el fotógrafo, para el que las soluciones que se apuntan pasan por humanizar una sociedad cada vez más maquinizada.

En El beso de Judas, el artista aborda el tema de la representación fotográfica en relación con la verdad. "La fotografía aparece como un soporte de evidencias y consecuencias de la cultura del XIX y hoy la utilizamos con esos parámetros decimonónicos, sin darnos cuenta de que esa ilusión de verdad no es es más que pura convención", explica. La propuesta de este artista es que la fotografía se utilice como estrategia de la contrainformación que "avive la conciencia crítica en el espectador y le haga darse cuenta de que la imagen fotográfica es pura construcción y está sujeta a factores ideológicos, culturales y económicos".

Fontcuberta compagina ensayo fotográfico y práctica. En estos momentos, el fotógrafo experimenta con las huellas de fluidos del cuerpo humano, concretamente con el ciclo de la leche materna. "Una vez seca, la leche adquiere unos tonos amarillos y ocres de formas abstractas que posteriormente son ampliados sobre papel fotográfico", explica. Este experimento lo compagina con una serie poética denominada Braille: "He elegido algunas páginas de la Biblia escritas en braille que posteriormente fotografío".

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