La Comunidad Valenciana sólo trata el 15% del aceite usado por falta de instalaciones adecuadas

Anualmente se generan 27.571 toneladas de vertidos oleosos, de las que se recoge el 72%

La Comunidad Valenciana adolece, y cada vez más, de una falta de infraestructuras adecuadas para tratar el aceite usado que generan sus coches, barcos e industrias. Las restricciones normativas y un aumento de la sensibilidad de los ciudadanos han logrado una subida sustancial en la recogida de lubricantes y otros residuos oleosos. Aún así, según los cálculos de Medio Ambiente, casi el 30% del aceite usado que se genera escapa al control de la Administración. Y de las 19.977 toneladas recogidas en 1997, únicamente 2.973 se trataron en territorio valenciano.

La capacidad de tratamiento h...

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La Comunidad Valenciana adolece, y cada vez más, de una falta de infraestructuras adecuadas para tratar el aceite usado que generan sus coches, barcos e industrias. Las restricciones normativas y un aumento de la sensibilidad de los ciudadanos han logrado una subida sustancial en la recogida de lubricantes y otros residuos oleosos. Aún así, según los cálculos de Medio Ambiente, casi el 30% del aceite usado que se genera escapa al control de la Administración. Y de las 19.977 toneladas recogidas en 1997, únicamente 2.973 se trataron en territorio valenciano.

La capacidad de tratamiento ha caído un 60%. Apenas hace cinco años, en 1993, en la Comunidad Valenciana se trataban 5.039 toneladas. Un volumen muy sustancial respecto a la cantidad, en aquel momento modesta, que entonces se recogía. Y mientras la colecta del oleaginoso elemento ha ido aumentando paulatinamente desde las 8.257 toneladas de aceite en 1993 hasta las 19.997 del año pasado, el porcentaje de lo tratado en plantas autóctonas en vez de subir ha caído progresivamente: del 61% hasta el 15% actual. Ahora, la mayor parte de los residuos oleosos se gestionan en instalaciones de fuera de la Comunidad Valenciana. En la consejería achacan este descenso al cierre de las instalaciones de Petrolev, una empresa valenciana pionera en el tratamiento de lubricantes usados que llegó a tratar en 1993 hasta 15.000 toneladas (lógicamente la mayor parte provenía de otras autonomías). En la consejería distinguen tres tipos de aceites según su procedencia. La automoción (lubricantes de coches, camiones y otros vehículos a motor) se lleva la parte del león: 12.874 toneladas (64%). Las industrias producen otras 4.464 toneladas (22%). El resto se recoge exclusivamente en los puertos valencianos y por la empresa Marpol-Levante. Se trata de los lubricantes de los buques, que se tratan en Madrid. Las provincias que más aceite valenciano tratan son La Rioja (23,4%), Murcia (26,5%), Madrid (16,2%) y Valladolid (10,9%). Frente a esta situación, ahora, en toda la Comunidad Valenciana únicamente hay una empresa operativa (se prevé la entrada en funcionamiento de otra a principios de año). Se trata de Residtrans, ubicada en Sant Joan de Moró (La Plana Alta), que desde hace cinco años gestiona el aceite recogido directamente de los productores. De las 3.396,99 toneladas que reunió el año pasado entre los productores valencianos, 2.973 se trataron allí. La inversión de la planta fue de 1.000 millones de pesetas. Y según su gerente, se tratan anualmente entre 4.000 y 5.000 toneladas anuales (parte viene de otras autonomías). Incineración De esa enorme masa oleosa, mediante filtros y decantaciones, se consiguen entre 1.500 y 2.000 toneladas de aceite limpio. Este método, la recuperación, es el que propugnan los ecologistas como el más adecuado. El resto, el aceite sucio no aprovechable, se quema para producir energía eléctrica que se consume en la propia empresa. Este método, la incineración según sus detractores, o la recuperación energética, como eufemísticamente la denominan sus defensores, no cuenta con el beneplácito del Consell, cuyo Plan Interior de Residuos no prevé incineradoras ni para basuras ni para aceites usados. Pese a esta oposición formal (la ley no prohíbe las incineradoras), Residtrans solicitó el año pasado permiso para construir otra planta similar (con recuperación e incineración) en el mismo municipio. Todavía no se ha construido. Mientras, otra planta, construida en Buñol en mayo pasado por la empresa Aureval (del grupo Becesa, que gestiona otras tres plantas en Cartagena, Huelva y Madrid), funciona sólo en fase de pruebas. La empresa prevé su entrada en funcionamiento a principios del año próximo, pero todavía no sabe si el aceite que trate será valenciano o de otras comunidades. "El objetivo es tratar el aceite más próximo", asegura un portavoz. La planta ha costado en torno a los 1.000 millones de pesetas y tiene capacidad para gestionar 16.000 toneladas al año, que se transforman en combustible para motores diesel y se convierten en energía en la factoría. Los detractores no tienen duda, se trata de otra forma de incineración.

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