Arboleya desdice a Blanco y aprueba el consumo de coquinas de Sanlúcar

La riada tóxica que asoló el cauce del Guadiamar ha dejado tras de sí un reguero de discrepancias. El nivel de metales pesados acumulados en dos moluscos del estuario del Guadalquivir, el cangrejo y la coquina de fango, y su incidencia en la salud ha sido el último escenario de la polémica. "Las coquinas se pueden comer en la cantidad que el cuerpo y el bolsillo aguante", aseguró ayer el consejero de Salud, José Luis García de Arboleya. Un día antes el titular de Medio Ambiente, José Luis Blanco, había deaconsejado su consumo.

El grupo de técnicos de la Consejería de Salud indicó ayer q...

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La riada tóxica que asoló el cauce del Guadiamar ha dejado tras de sí un reguero de discrepancias. El nivel de metales pesados acumulados en dos moluscos del estuario del Guadalquivir, el cangrejo y la coquina de fango, y su incidencia en la salud ha sido el último escenario de la polémica. "Las coquinas se pueden comer en la cantidad que el cuerpo y el bolsillo aguante", aseguró ayer el consejero de Salud, José Luis García de Arboleya. Un día antes el titular de Medio Ambiente, José Luis Blanco, había deaconsejado su consumo.

El grupo de técnicos de la Consejería de Salud indicó ayer que los datos recogidos en el octavo informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas reflejan que la coquina de barro del estuario del Guadalquivir ha acumulado una apreciable cantidad de cinc y arsénico, pero "no presenta niveles superiores a los máximos aceptables". El comunicado concluye que su consumo no supone "riesgo para la salud humana, igual ocurre con el langostino". Los expertos de la Consejería de Salud aprecian altos niveles de metales pesados para el ostión y la boca ( cangrejo de barro). A la persistente prohibición de pescar el ostión por la acumulación de cobre en su organismo -debida al habitual contenido metálico de las aguas del Guadalquivir- se sumó el pasado 7 de julio una orden emitida por la Consejería de Agricultura y Pesca en la que prohibía la pesca y comercialización de cangrejos de mar y bocas de fango por la presencia de metales pesados, informa Antonio Hernández Rodicio. El consejero de Medio Ambiente, por tanto, recomendó evitar el consumo de un molusco cuya captura ya estaba prohibida por el Gobierno andaluz. "Habrá sido un error en el manejo de datos", aventuró ayer su compañero de gabinete. Arboleya sí se mostró muy firme al rechazar el segundo consejo de Blanco: "las coquinas pueden consumirse perfectamente". Por su parte, el alcalde de Sanlúcar de Barrameda, Agustín Cuevas (PSOE), exigió a la Junta que "no cree confusión en la población". El primer edil de la población gaditana aconsejó a Blanco que "guarde silencio para no alarmar sin necesidad", informa Francisco José Román. La Unión de Consumidores de España se unió a las críticas: "Las declaraciones de Blanco son lamentables y no aclaran el verdadero alcance de la contaminación", aseguró en una nota.

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