Los Quince inician hoy formalmente la gran batalla sobre la financiación futura de la UE

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea (UE) dará hoy el pistoletazo formal de salida a la gran batalla financiera interna sobre el paquete presupuestario para el periodo 2000-2006. La Comisión presentará al Consejo el polémico informe sobre los recursos propios que aprobó el pasado miércoles. Las grandes incógnitas son el nivel de dureza que emplee España en su oposición al proyecto y las posturas de Francia y el Reino Unido, que hasta ahora calla. [En la reunión, Londres pedirá a sus socios ayudas suplementarias destinadas al Fondo Monetario Internacional ...

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El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea (UE) dará hoy el pistoletazo formal de salida a la gran batalla financiera interna sobre el paquete presupuestario para el periodo 2000-2006. La Comisión presentará al Consejo el polémico informe sobre los recursos propios que aprobó el pasado miércoles. Las grandes incógnitas son el nivel de dureza que emplee España en su oposición al proyecto y las posturas de Francia y el Reino Unido, que hasta ahora calla. [En la reunión, Londres pedirá a sus socios ayudas suplementarias destinadas al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que pueda actuar contra el miedo a la recesión en los mercados bursátiles.]

El Ecofin empieza hoy el debate sistemático sobre los recursos propios (ingresos) de la UE y debe avanzar sobre los gastos previstos en la Agenda 2.000, tras dos años de polémicas y escaramuzas. La Comisión presentará su informe y el presidente de turno, el austriaco Rudolf Edlinger, preguntará a sus colegas si tienen razones "para cambiar" el actual sistema de ingresos.La Comisión alega que no hay razones, pues cada Estado miembro contribuye según su peso económico relativo. Pero en la práctica se alinea con los ricos contribuyentes netos (Alemania, Holanda, Suecia y Austria) en la queja contra sus "desequilibrios presupuestarios". Y sugiere resolverlos con la cofinanciación, a cargo de los presupuestos nacionales, del 25% de los gastos de la Política Agrícola Común (PAC) destinados a la ayuda directa a los agricultores, manteniendo igual las subvenciones a los precios. Esta salida gusta a los partidarios de una UE menos rural (la PAC absorbe aún un enorme 48% del presupuesto común).

Además, cancela la razón que originó el cheque británico en 1985 (Londres se beneficia poco de la PAC); porque ya existe en ésta la cofinanciación, pero sólo en frutas y verduras (decisivas para España); porque incorporaría el mismo mecanismo de la política estructural (los Gobiernos financian un porcentaje de cada proyecto); y porque haría más responsables a los ministros de Agricultura de sus propias decisiones, de las que ahora suelen culpar a un ente abstracto, Bruselas. Pero tal como la Comisión precisa esa fórmula agrícola, tiene dos defectos graves. Uno es que el ahorro agrícola en las arcas comunes revertiría a los Tesoros nacionales: no serviría para hacer más Europa en otras áreas políticas.

Otro, el peor, es que perjudicaría, además de lógicamente a Francia -la gran beneficiaria de la PAC-, a los cuatro países menos prósperos, que deberían financiar la mejora de los países ricos. Eso atenta contra el principio, establecido en Maastricht, de la cohesión económica y social. A España le tocaría pechar con unos 90.000 millones de pesetas. Para evitarlo, los comisarios Marcelino Oreja y Manuel Marín, entre otros, lograron poner sobre el tapete la necesidad de "mecanismos correctores" en favor del Sur si finalmente se opta por la fórmula agrícola.

Los ricos convergen hacia ella. El alemán Theo Waigel, que acude a su último Ecofin como consecuencia del cambio de Gobierno, aplaudió la propuesta -abandonando su exigencia de generalizar el cheque británico-, siguiendo al próximo canciller, Gerhard Schröder. Holanda ha seguido igual camino.

Las grandes incógnitas son hoy España, Francia y el Reino Unido. Se espera que el ministro español, Rodrigo Rato, reivindique su fórmula alternativa -descalificada por Bruselas- de introducir progresividad en el sistema, de forma que paguen más los más ricos. Pero, ¿batallará contra la fórmula agrícola o se colocará en posición defensiva, tratando de asegurar meramente una corrección que no perjudique al Sur? El francés Dominique Strauss-Kahn -básico en este debate- tenderá seguramente la mano a Bonn, pero ¿encajando un sacrificio agrícola, o proponiendo ahorros en otras partidas como la política estructural, con mayor perjuicio para España? Y el británico Gordon Brown romperá el silencio mantenido hasta hoy por su país: ¿defendiendo el cheque que consiguió Margaret Thatcher?, ¿o aceptando su reducción a cambio de mayores reformas en la PAC?

[Según publicó ayer la prensa británica, Brown hará hincapié en una propuesta a los Quince para que aporten 34.000 millones de dólares (unos 4,7 millones de pesetas) para reforzar las reservas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y las actuaciones del organismo multinacional contra la actual crisis financiera].

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