Cuba y EEUU colaboran en el estrecho de Florida para desarticular operaciones de tráfico de emigrantes
Las autoridades migratorias de Cuba y EEUU, lejos de los diferendos ideológicos de sus Gobiernos, han colaborado sin problemas en aguas del estrecho de Florida para desarticular una operación de tráfico ilegal de inmigrantes organizada por exiliados cubanos residentes en Miami. En esta ocasión, los contrabandistas detenidos fueron José Ramón López Rodríguez, alias El Maceta, y su esposa, ambos de origen cubano y residentes en EEUU.Los exiliados fueron capturados esta semana por guardacostas estadounidenses cuando regresaban en su yate a Miami tras recoger en la isla a 10 personas, entre las cu...
Las autoridades migratorias de Cuba y EEUU, lejos de los diferendos ideológicos de sus Gobiernos, han colaborado sin problemas en aguas del estrecho de Florida para desarticular una operación de tráfico ilegal de inmigrantes organizada por exiliados cubanos residentes en Miami. En esta ocasión, los contrabandistas detenidos fueron José Ramón López Rodríguez, alias El Maceta, y su esposa, ambos de origen cubano y residentes en EEUU.Los exiliados fueron capturados esta semana por guardacostas estadounidenses cuando regresaban en su yate a Miami tras recoger en la isla a 10 personas, entre las cuales estaban las dos hijas menores de El Maceta.
Las autoridades de La Habana informaron el viernes de que los contrabandistas entraron ilegalmente en aguas jurisdiccionales cubanas y recogieron al grupo de inmigrantes en Cayo Sal, un islote de la costa norte de la isla. Al parecer, antes de ser avistado por los guardacostas norteamericanos, el yate de los traficantes se quedó sin combustible, lo que facilitó su captura. Los emigrantes ilegales que viajaban en la embarcación -seis hombres, dos mujeres y dos niños, todos naturales de la provincia central de Villa Clara- fueron deportados a la isla en cumplimiento de los acuerdos migratorios firmados entre EEUU y Cuba en mayo de 1995.
Esta operación ha puesto de manifiesto el interés de ambos países por colaborar en materia migratoria -quizás el único aspecto de las relaciones bilaterales que funciona con cierta normalidad-, al tiempo que llama la atención sobre el crecimiento vertiginoso de los casos de contrabando de personas. Sólo en julio y agosto, más de una decena de personas fueron detenidas en EEUU y Cuba por participar en diversas operaciones de contrabando. No hace mucho, el servicio de inmigración de Estados Unidos desmanteló una red de traficantes que cobraba hasta 7.000 dólares (un millón de pesetas) por transportar a los ilegales, siendo procesados varios exiliados.