Los pediatras españoles dudan entre dos tipos de identificación
Los expertos españoles dudan entre dos sistemas para identificación de los recién nacidos: ninguno ofrece plena garantía, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), que aboga por una moratoria hasta 1999 antes de recomendar a la Administración la huella genética o la dactilar. La AEP cree no obstante que el peligro de que un recién nacido vaya a parar a una madre distinta de la suya no es tan grave en España como las declaraciones del pediatra Antonio Garrido-Lestache el pasado día 8 señalaban. "No hay cifras", dijo este facultativo, "pero nos quedaríamos asustados". "No hay que caer en...
Los expertos españoles dudan entre dos sistemas para identificación de los recién nacidos: ninguno ofrece plena garantía, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), que aboga por una moratoria hasta 1999 antes de recomendar a la Administración la huella genética o la dactilar. La AEP cree no obstante que el peligro de que un recién nacido vaya a parar a una madre distinta de la suya no es tan grave en España como las declaraciones del pediatra Antonio Garrido-Lestache el pasado día 8 señalaban. "No hay cifras", dijo este facultativo, "pero nos quedaríamos asustados". "No hay que caer en alarmismos", dice Eduardo Doménech, presidente del Comité de Identificación del Recién Nacido de la AEP y presidente de la Sociedad Española de Neonatología. "El actual sistema de pulseras homologadas y colocadas en el paritorio a la madre y al bebé, con nombre, código de barras, etcétera, es eficaz. En caso de ruptura de las pulseras y de separación entre madre y bebé, hay dos estrategias, la huella genética y la dactilar, entre las que aún no hemos optado".Ambas estrategias contrapuestas son abanderadas por dos miembros del comité: Justino Rodríguez Alarcón recomienda la huella genética y Garrido-Lestache la dactilar. Para Doménech y los restantes miembros del comité, Jesús Pérez Rodríguez y Manuel Sánchez-Luna, ambas soluciones tienen inconvenientes, sus costes aún no están claros y requerirían formar personal especializado.
"Garrido-Lestache tiene razón en que la huella de la planta del pie del recién nacido es poco fiable", dice Doménech. "Pero tampoco es fácil la huella dactilar: hay que hacerla en el paritorio mismo, que no es un sitio precisamente relajado, y la capa de grasa de la piel del bebé no permite ver claros los surcos digitales. En cuanto a la huella genética, a partir de sangre del cordón umbilical, también precisa especialización. Por su precio, sería algo recomendable en caso de fallar las pulseras". El Servicio Vasco de Salud implantará a partir de octubre la huella genética en siete hospitales.