Greenpeace alaba la decisión balear de recortar horarios a la pesca alicantina

Greenpeace elogió ayer la firmeza del Gobierno balear en la ampliación de una normativa autonómica que restringe los horarios de pesca en el sur de las Baleares, al objeto de evitar que los caladeros sean diezmados por los arrastreros. La medida ha desencadenado un conflicto entre las autoridades isleñas y los 130 pesqueros con base en puertos alicantinos que tradicionalmente faenan en aguas cercanas a Ibiza y Formentera para capturar gambas y langostinos. Para Xavier Pastor, director de Greenpeace en España, la normativa permitirá una explotación "racional" de los caladeros, e impedirá que lo...

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Greenpeace elogió ayer la firmeza del Gobierno balear en la ampliación de una normativa autonómica que restringe los horarios de pesca en el sur de las Baleares, al objeto de evitar que los caladeros sean diezmados por los arrastreros. La medida ha desencadenado un conflicto entre las autoridades isleñas y los 130 pesqueros con base en puertos alicantinos que tradicionalmente faenan en aguas cercanas a Ibiza y Formentera para capturar gambas y langostinos. Para Xavier Pastor, director de Greenpeace en España, la normativa permitirá una explotación "racional" de los caladeros, e impedirá que los arrastreros acaben con las reservas marinas. Pastor participó ayer, junto con Ramón Franquesa, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona, en el ciclo de debates sobre el litoral mediterráneo organizado por la CAM. Ambos contertulios intentaron responder a una pregunta que la propia organización calificó de capciosa: "¿Es posible conseguir una auténtica política pesquera en el Mediterráneo?" "Si Greenpeace, con un pequeño barco que apenas alcanza una velocidad de diez nudos y un hidroavión de 1945 es capaz de captar, fotografiar, filmar, identificar y determinar la longitud de las redes de 40 barcos ilegales, ¿qué no podrían hacer las autoridades con sus helicópteros, patrulleras y medios técnicos, humanos y económicos a su alcance?", se preguntó. La respuesta la aportó él mismo: "Falta voluntad política de actuar y falta responsabilidad". Franquesa también apostó por una regulación global de la pesquería: "Hay que entrar en nuevos enfoques para el sector, con cierta racionalidad, para regular una pesca sostenible, rentable, y satisfacer las necesidades de los consumidores".

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