Rusia necesita 150.000 millones de pesetas para destruir sus minas

El Kremlin ha confirmado que, en principio, desea adherirse al tratado de Ottawa para la erradicación de las minas antipersonas, pero que no puede hacerlo por el momento, ya que ello sería demasiado costoso para Rusia y porque, además, necesita un arma alternativa para reemplazar las minas que hoy son indispensables para proteger las extensas fronteras del país. Estas aclaraciones fueron hechas después de que la premio Nobel de la Paz Joddy Williams y la comisionada de Derechos Humanos de la ONU Mary Robinson exhortaran en Moscú al Gobierno ruso a unirse a los 120 países que en diciembre pasad...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Kremlin ha confirmado que, en principio, desea adherirse al tratado de Ottawa para la erradicación de las minas antipersonas, pero que no puede hacerlo por el momento, ya que ello sería demasiado costoso para Rusia y porque, además, necesita un arma alternativa para reemplazar las minas que hoy son indispensables para proteger las extensas fronteras del país. Estas aclaraciones fueron hechas después de que la premio Nobel de la Paz Joddy Williams y la comisionada de Derechos Humanos de la ONU Mary Robinson exhortaran en Moscú al Gobierno ruso a unirse a los 120 países que en diciembre pasado firmaron la convención que prohíbe el uso y producción de minas antipersonas.Los rusos estiman que adherirse al tratado de Ottawa les costará 150.000 millones de pesetas (desactivar una mina cuesta entre 45.000 y 150.000, según la ONU) y que, además, necesitarán de 6 a 10 años para encontrar un arma alternativa. Hasta entonces las minas antipersonas son indispensables para la seguridad nacional del país, dijo Adam Nizhelovski, vicecomandante en jefe de las tropas de ingeniería de Rusia.

Los rusos también necesitarán entre 5 y 10 años para resolver el problema de los desechos radiactivos de los submarinos nucleares de la Flota del Norte, señaló por su parte Nikolái Yegórov, viceministro de Energía Atómica. El principal problema es la falta de dinero: en 1997 y en lo que va del año no se ha destinado ni un solo centavo del presupuesto estatal para construir instalaciones de reciclaje o depósitos. Lo paradójico del caso es que los países extranjeros invierten más en el programa ruso para neutralizar los desechos radiactivos que el mismo Kremlin. De los 245 submarinos nucleares construidos por la URSS y Rusia, 121 han dejado de funcionar (95 de la Flota del Norte), pero de sólo 42 de ellos se ha sacado el combustible nuclear.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En