Felipe Vega estrena una comedia «de matices»
«Grandes ocasiones es una comedia de sentimientos, dulce y melancólica. Es lo que yo llamo una comedia de matices». Felipe Vega (León, 1952) estrenó la pasada semana su quinta película, interpretada por Andrés Pajares y Rosa María Sardá. Basada en la obra teatral del autor norteamericano Bernard Slade y adaptada al cine por el periodista y escritor Manuel Hidalgo y el propio Vega, el filme relata -desde el punto de vista de los hijos- la vida de una pareja que tras años de matrimonio decide separarse.«En la obra de teatro sólo hay dos personajes, el matrimonio, pero nosotros hemos incorporado ...
«Grandes ocasiones es una comedia de sentimientos, dulce y melancólica. Es lo que yo llamo una comedia de matices». Felipe Vega (León, 1952) estrenó la pasada semana su quinta película, interpretada por Andrés Pajares y Rosa María Sardá. Basada en la obra teatral del autor norteamericano Bernard Slade y adaptada al cine por el periodista y escritor Manuel Hidalgo y el propio Vega, el filme relata -desde el punto de vista de los hijos- la vida de una pareja que tras años de matrimonio decide separarse.«En la obra de teatro sólo hay dos personajes, el matrimonio, pero nosotros hemos incorporado todas las personas de las que ellos hablan y hacen referencia constantemente: hijos, abogados, médicos, padres», explica el cineasta, que añade: «Los hijos son, además, los narradores de la historia, que es un largo flash-back . A través de ellos descubrimos la vida de los padres, sus desastres, sus éxitos, sus debilidades, sus torpezas. Son unos hijos que conocen mucho mejor a los padres de lo que parece... No es una historia de adultos en la que los jóvenes no se enteran de nada».
Para Felipe Vega, Grandes ocasiones no es una comedia «de carcajada». «Es una comedia, pero que habla de momentos duros y tristes». La película, un encargo del productor Andrés Vicente Gómez a Felipe Vega, se rodó hace un año en Madrid.
«La obra de teatro se estrenó en Broadway, con éxito, en 1983, y hacía tiempo que Andrés Vicente pretendía adaptarla». Para Felipe Vega, director de películas como Mientras haya luz (1987) , El mejor de los tiempos (1989) y Un paraguas para tres (1991), trabajar por encargo «es una buena costumbre». «Antes era más habitual pero ultimamente se había perdido la costumbre, que ahora se está recuperando. A veces, de esta forma se trabaja con más libertad que en lo que se llama una película personal».