Se amplía en 90 millones de años luz el horizonte del universo visible

El telescopio gigante Keck II, en Hawai, ha servido para descubrir el objeto más lejano conocido en el universo: una galaxia tan joven que emitió la luz que ahora llega a la Tierra cuando el cosmos tenía sólo un 6% de su edad actual. Como el universo está en expansión -las galaxias se alejan unas de otras desde la explosión inicial o Big Bang-, cuanto más lejos se observa un objeto más tiempo ha tardado en llegar la luz emitida por él, y la imagen que ahora se capta corresponde al cosmos más joven.La edad del universo no se ha podido aún precisar, pero si se asume un valor medio de unos 13...

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El telescopio gigante Keck II, en Hawai, ha servido para descubrir el objeto más lejano conocido en el universo: una galaxia tan joven que emitió la luz que ahora llega a la Tierra cuando el cosmos tenía sólo un 6% de su edad actual. Como el universo está en expansión -las galaxias se alejan unas de otras desde la explosión inicial o Big Bang-, cuanto más lejos se observa un objeto más tiempo ha tardado en llegar la luz emitida por él, y la imagen que ahora se capta corresponde al cosmos más joven.La edad del universo no se ha podido aún precisar, pero si se asume un valor medio de unos 13.000 millones de años, la nueva galaxia, denominada RDI, emitió su luz sólo 820 millones de años después de la gran explosión inicial o Big Bang. Según los cálculos de los astrofísicos, RDI está unos 90 millones de años luz más lejos que el objeto más distante conocido hasta ahora, que estaría a unos 12.000 millones de años luz. Récords aparte, el hallazgo de esta galaxia supone alcanzar el dominio misterioso de los primeros 1.000 millones de años de la historia del cosmos, donde los científicos buscan respuestas a una cuestión clave de la cosmología: ¿cómo y cuándo se formaron las galaxias? Cuanto más lejos miran los astrofísicos en el universo, más retroceden en el tiempo.

"Intentamos encontrar galaxias bebé, que tal vez se convirtieron en galaxias como la nuestra pero que en aquel momento estarían en su primera fase de formación estelar. En otras palabras, estas galaxias estaban formándose a partir de grandes nubes de gas y creando su primera generación de estrellas", dice Arjun Dey (Universidad John Hopkins).

Los Keck I y II, de diez metros de diámetro cada uno, son los telescopios óptico e infrarrojos más grandes que existen. Con ellos se buscan estas galaxias embrionarias para comprobar las teorías de evolución primitiva del universo. Frederic H. Chafee, director de los Keck, comenta que la caza de estos objetos ultradistantes, de luminosidad muy débil, es extremadamente difícil, "como hallar una aguja entre 10 millones de pajas".

Hubble

Cuanto más lejos están las galaxias a mayor velocidad se alejan, como descubrió Edwin Hubble en los años veinte. Fue una pista decisiva del Big Bang, la gran explosión a partir de la cual el espacio se dilata y parece que toda la materia se aleja, como las hormigas pintadas en un globo que se hincha están cada vez más distantes entre si. Así, los astrofísicos determinan las distancias de las galaxias lejanas calculando su velocidad de recesión, que miden por el llamado corrimiento al rojo, valor del desplazamiento de la longitud de onda de la luz de una galaxia hacia longitudes de onda mayores (hacia el rojo en el espectro electromagnético). El corrimiento al rojo más alto medido hasta ahora era 4.92 y el de RDI es 5.34.

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