El Gobierno niega a CiU la rebaja de cotizaciones y anuncia mayor dureza en la reducción del déficit

El presidente del Gobierno, José María Aznar, dejó ayer claro que la incorporación al euro es sólo "un punto de partida" para un proceso "riguroso y difícil que requiere agotar la legislatura y una política fiscal "extraordinariamente dura". Esto no permite una rebaja general de cotizaciones sociales, como reclama Convergencia i Unió (CiU), aunque sí selectiva. Aznar pidió a las autonomías que se responsabilicen con estos objetivos, que abandonen la actual dinámica "reivindicativa" y que se limiten al techo constitucional. A los empresarios les dijo que debe desaparecer "la cultura del subsidi...

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El presidente del Gobierno, José María Aznar, dejó ayer claro que la incorporación al euro es sólo "un punto de partida" para un proceso "riguroso y difícil que requiere agotar la legislatura y una política fiscal "extraordinariamente dura". Esto no permite una rebaja general de cotizaciones sociales, como reclama Convergencia i Unió (CiU), aunque sí selectiva. Aznar pidió a las autonomías que se responsabilicen con estos objetivos, que abandonen la actual dinámica "reivindicativa" y que se limiten al techo constitucional. A los empresarios les dijo que debe desaparecer "la cultura del subsidio", en un marco económico sin "privilegios" y con un sector público del que sólo quedará la minería del carbón en el año 2000.

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Ante medio millar de ejecutivos y empresarios, reunidos por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), José María Aznar trazó las líneas maestras de la política económica para lo que queda de legislatura. Reiteró que su intención es no adelantar las elecciones y explicó que no piensa "aprovechar ninguna oportunidad en el corto plazo" para ganar votos, en referencia no expresa a una oposición socialista debilitada.No agotar la legislatura sería añadir dificultades" a lo que nos espera después de haber coronado "con éxito político y económico" la meta del euro. Nos esperan tres años "difíciles" que requieren "mucho rigor" y "un alto nivel de exigencia para la sociedad en su conjunto", afirmó. Ya no se podrá devaluar la moneda para cubrir desfases de competitividad, añadió el presidente. Por ello, "necesitamos una disciplina fiscal extraordinariamente dura", remachó.

Aznar situó la reducción del déficit público en primer plano y dijo que el Gobierno quiere ser "más ambicioso" de lo previsto en el Programa de Convergencia. Hizo un llamamiento a los agentes sociales para que mantengan la paz social porque "no me gustaría que se ponga en riesgo el crecimiento económico". Hay que tomar medidas en el ámbito laboral -contratación a tiempo parcial y jornada laboral, según mencionó- y elaborar un Plan de Empleo que "no suponga una carga inasumible sobre los Presupuestos".

Aznar rechazaba así la propuesta de CiU sobre una rebaja de cuotas sociales a cambio de subir el impuesto de sociedades. Añadió que "no soy partidario de esto", aunque "a mí nadie me lo ha planteado". "Yo no jugaría con los impuestos", señaló, porque "provocaría distorsiones y no sería entendido". Aznar sólo admitió "rebajas selectivas en las cotizaciones sociales".

Junto a este revés a las exigencias de los socios nacionalistas catalanes del Gobierno, Aznar puso también límite a la reclamación de mayores techos competenciales por parte de los nacionalistas vascos. No está cerrado el proceso de transferencias pero tiene un límite, que es "el marco constitucional" advirtió.

En el repaso general que hizo a la política económica, Aznar pidió que se abandone "algún estilo excesivamente reivindicativo" y se sustituya por "una dinámica más colaboradora". Las autonomías están a punto de controlar el 50% del gasto público, y por ello el presidente del Gobierno les hizo un llamamiento a que contribuyan al objetivo de reducir el déficit, porque "no es lógico" que todo el peso recaiga en la Administración central.

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