Moda gallega

Por fin en Madrid: suspiro de satisfacción. Y es que cuesta traspasar la frontera entre la periferia musical y el centro mediático. Pasarse por la capital como medio de obtener cierta repercusión fuera del terruño: algo que parece imprescindible cuando se aspira a hacer de la música un medio de vida.Llegaron con timidez para presentar Agardando que pase algo, su segundo disco, grabado en 1996 y editado en 1997. Parten de lo tradicional -abrieron la noche con un tema basado en una cantiga de Alfonso X- y aportan sus propias composiciones -las de Vázquez y Bueno- al nuevo cancionero galle...

Por fin en Madrid: suspiro de satisfacción. Y es que cuesta traspasar la frontera entre la periferia musical y el centro mediático. Pasarse por la capital como medio de obtener cierta repercusión fuera del terruño: algo que parece imprescindible cuando se aspira a hacer de la música un medio de vida.Llegaron con timidez para presentar Agardando que pase algo, su segundo disco, grabado en 1996 y editado en 1997. Parten de lo tradicional -abrieron la noche con un tema basado en una cantiga de Alfonso X- y aportan sus propias composiciones -las de Vázquez y Bueno- al nuevo cancionero gallego.

Un estilo ecléctico que se inspira tanto en el folclor del terruño como en los sonidos de los setenta, y se asoma a los Balcanes o al Mediterráneo. En un claro intento por encontrar un camino propio. Afán de aventura aunque cayendo a veces en el despiste.

Porque le falta algo a Fía Na Roca (Hila en la rueca). Quizá por sentirse siempre en la cuerda floja ante la falta de circuitos estables donde actuar. El principal mérito de este proyecto, desde que se inició en Santiago en 1990, estriba en haber sobrevivido a las dificultades de esta escasez de escenarios, aunque eso también los limite.

Galicia está de moda. Se habla de grupos como Luar Na Lubre, Berrogüetto, Chouteira... o solistas como Carlos Núñez y Xosé Manuel Budiño. Muy pronto habrá que colocar a cada uno en su sitio: en función de su valía.