Tribuna:

Tierra conquistada

, La segunda velada musical de Actual 98 mostró que la edad media de este acontecimiento sigue siendo más bien baja, algo coherente a la hora de disfrutar de las guitarras eléctricas y las maneras más del momento. Esta vez sí se agotaron las entradas: "... ¡Y mil más que hubieran cabido, habrían venido!", apostillaba el director de cine Jess Franco, puestísimo en rock.A pesar de que en el ambiente podría flotar la idea de que el público sólo venía a ver a Dover, la verdad es que no pocos chavales se levantaron para corear las canciones de los primeros de la noche: los madrileños Mercromina. El...

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, La segunda velada musical de Actual 98 mostró que la edad media de este acontecimiento sigue siendo más bien baja, algo coherente a la hora de disfrutar de las guitarras eléctricas y las maneras más del momento. Esta vez sí se agotaron las entradas: "... ¡Y mil más que hubieran cabido, habrían venido!", apostillaba el director de cine Jess Franco, puestísimo en rock.A pesar de que en el ambiente podría flotar la idea de que el público sólo venía a ver a Dover, la verdad es que no pocos chavales se levantaron para corear las canciones de los primeros de la noche: los madrileños Mercromina. El guitarrista y cantante Joaquín Pascual y sus socios pusieron a funcionar el horno de Adarraga con sus bonitas canciones de clima sereno. Más tensión añadió Fernando Alfaro, ex compañero de los anteriores en los desaparecidos Surfin Bichos y actualmente líder de Chucho, con canciones de su primer disco que tratan de soledades, ángeles inseminadores o sangre. La concentración total del grupo hizo que éste olvidara la media hora preceptiva que debían tocar todas las. bandas a excepción de los cabeza de cartel. Así, se quedaron sorprendidos cuando las luces del frontón se encendieron a la mitad de su última canción.

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Después fueron las asturianas Undershakers las encargadas de elevar el ritmo de la noche con su colorista concepción del garage sesentero. Buenas canciones y versiones -se atrevieron hasta con el A tu vera- y mejor imagen, sólo necesitan abandonar un poco su estatismo escénico y pueden dar el pelotazo.

Cuando Cristina Llanos salió a escena, no cabía ya un alfiler en el recinto. El poder de convocatoria y el dominio de show del que hacen gala estos triunfadores se llevaron a los logroñeses de calle. De nuevo la ceremonia eléctrica del cuarteto se produjo, ritual por ritual, con el éxito acostumbrado. Devil came to me, La monja mellada o la muy esperada traca final con Loli Jackson pusieron en La Rioja otra banderita con el símbolo de Dover impreso. Para el grupo, Logroño ya es tierra conquistada.

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