La guerra de las caricaturas en 'Memoria del 98'

Paralelamente a las hostilidades por tierra y mar, en los periódicos hubo otra clase de enfrentamientos: el de las caricaturas. Cada país contendiente veía al adversario con los peores defectos y a si mismo con las mejores virtudes. Esta faceta de la guerra aparece en la entrega número once de Memoria del 98, que mañana lunes se entregará junto con EL PAÍS.Los periódicos y semanarios españoles caricaturizaban a los estadounidenses con la figura del tío Sam, con gesto perverso, montado sobre un cerdo adornado con las barras y las estrellas. Lo mismo hacían con el presidente Willia...

Paralelamente a las hostilidades por tierra y mar, en los periódicos hubo otra clase de enfrentamientos: el de las caricaturas. Cada país contendiente veía al adversario con los peores defectos y a si mismo con las mejores virtudes. Esta faceta de la guerra aparece en la entrega número once de Memoria del 98, que mañana lunes se entregará junto con EL PAÍS.Los periódicos y semanarios españoles caricaturizaban a los estadounidenses con la figura del tío Sam, con gesto perverso, montado sobre un cerdo adornado con las barras y las estrellas. Lo mismo hacían con el presidente William MacKinley. A los cubanos insurgentes -entonces no existía la sensibilidad actual por el problema racista- aparecían como negritos desharrapados a los que los soldados españoles les vencían siempre en las viñetas.

El resto del capítulo está dedicado al Tratado de París, firmado por España y Estados Unidos para poner fin a la guerra. Cuba, Filipinas, Puerto Rico y otras islas menores del Pacífico pasaron a depender de Washington. La historiadora Rosario de la Torre del Río analiza el tratado y María Dolores Elizalde recuerda cómo fue la distribución de las colonias africanas y asiáticas hace cien años.