Israel invadirá los territorios si Arafat proclama un Estado independiente

Israel no quiere un Estado palestino. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció ayer enérgicamente que invadiría y anexionaría los territorios autónomos, si el presidente Yasir Arafat osara proclamar unilateralmente un Estado palestino, tal y como lo ha venido anunciando en los últimos días en un intento de desafiar el bloqueo y la congelación del proceso de paz. Además, Netanyahu se mostró convencido de que su plan de reitirada parcial de Cisjordania podrá superar las reticencias del ala dura de su coalición de derechas. Sin embargo, todo parece indicar lo contrario.

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Israel no quiere un Estado palestino. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció ayer enérgicamente que invadiría y anexionaría los territorios autónomos, si el presidente Yasir Arafat osara proclamar unilateralmente un Estado palestino, tal y como lo ha venido anunciando en los últimos días en un intento de desafiar el bloqueo y la congelación del proceso de paz. Además, Netanyahu se mostró convencido de que su plan de reitirada parcial de Cisjordania podrá superar las reticencias del ala dura de su coalición de derechas. Sin embargo, todo parece indicar lo contrario.

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"Toda decisión unilateral de la parte palestina, traerá como consecuencia decisiones unilaterales de Israel, territoriales y funcionales", aseguró ayer en tono amenazador el jefe del Gobierno israelí a los directores de los diarios nacionales a los que había reunido con ocasión del 50º aniversario de la proclamación del Plan de Partición de Palestina, aprobado por la Asamblea General de la ONU en noviembre de 1947.Benjamín Netanyahu respondía de esta manera a las reiteradas declaraciones del presidente Arafat, quien desde hace un tiempo viene asegurando que sea cual sea la situación, proclamará el Estado palestino a finales de 1999, una vez finalizados los cinco años de régimen autónomo transitorio, establecido en los acuerdos de Oslo, suscritos en agosto de 1993.

Necesidad de retirada

"Yo me opongo a la noción de un Estado, que suponga la autodeterminación sin trabas", añadió el jefe del Gobierno israelí mientras insistía en la necesidad de una retirada paulatina y ordenada de las zonas rurales de Cisjordania, siguiendo un plan que desde hace una semana trata de perfilar y que se está discutiendo en estos momentos en el seno del Gobierno.["Se puede alcanzar un acuerdo", declaró Netanyahu, según informa la agencia France Presse. "Mi Gobierno puede lograrlo. La mayoría de los israelíes lo aprueban, estoy convencido, y espero que los palestinos lo acepten también porque las generaciones futuras. nos lo tendrán en cuenta", aseguró ante los periodistas.]

El plan de retirada israelí de Cisjordania, que supondría una retirada efectiva del 30% del territorio ocupado, se llevaría a término en los meses de abril y marzo del año que viene, siempre y cuando las autoridades palestinas demostraran previamente su decisión de luchar con firmeza contra los movimientos radicales integristas, que han venido utilizando métodos terroristas, según anunció ayer la prensa, haciéndose eco de filtraciones gubernamentales.

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Los partidos religiosos de la derecha han alzado ya la voz contra los proyectos de Netanyahu y anuncian para las próximas horas importantes movilizaciones en Jerusalén y en Tel Aviv, coincidiendo sin duda con el fin del debate del Gobierno sobre este tema.

[En el otro extremo del espectro político, el líder laborista y jefe de la oposición, Ehud Barak, anunció ayer que su partido "comienza los preparativos para las elecciones del año próximo" porque el Gobierno de Netanyahu "ha llegado a su fin", informa Efe.]

Los muros de algunos barrios de Jerusalén se han llenado de carteles con el retrato de Netanyahu, manipulado convenientemente. Su cabeza aparece cubierta con el tradicional. pañuelo árabe, y bajo el retrato se puede leer: "mentiroso". Pero eso no es todo; los mismos responsables de estos pasquines han puesto en las últimas horas en marcha otro plan de protesta consistente en inundar de llamadas y faxes las oficinas del Gobierno, protestando por el hipotético repliegue.

Nada de eso es nuevo. La tensión política en la que parece hundirse Israel, recuerda una etapa similar vivida hace dos años, cuando los partidos de la derecha y religiosos salieron a la calle para protestar por el proceso de paz. Una protesta que desembocó en el asesinato de Isaac Rabin.

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