La cumbre iberoamericana queda en meros enunciados de principios

La VII Cumbre Iberoamericana concluyó ayer en la venezolana isla Margarita dejando un rosario de declaraciones de buenas intenciones sin programas concretos para llevarlas a la práctica y sin dejar satisfecho a casi nadie. Además, cinco presidentes -los de Perú, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- abandonaron de forma precipitada la reunión antes de que fuera clausurada, por lo que se adelantó la firma de la declaración final y se sembró el desconcierto entre los asistentes.

Venezuela, país anfitrión, vio cómo su propuesta a favor de la libertad y la veracidad de la información resul...

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La VII Cumbre Iberoamericana concluyó ayer en la venezolana isla Margarita dejando un rosario de declaraciones de buenas intenciones sin programas concretos para llevarlas a la práctica y sin dejar satisfecho a casi nadie. Además, cinco presidentes -los de Perú, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- abandonaron de forma precipitada la reunión antes de que fuera clausurada, por lo que se adelantó la firma de la declaración final y se sembró el desconcierto entre los asistentes.

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Venezuela, país anfitrión, vio cómo su propuesta a favor de la libertad y la veracidad de la información resultó totalmente aguada. La esperada ofensiva dirigida hacia Fidel Castro para exigirle garantías democráticas como condición para que organice la cumbre de 1999 quedó difuminada. Las declaraciones en favor de los "valores éticos de la democracia" no pasaron del umbral de las buenas intenciones.España recibió el apoyo a su reivindicación sobre Gibraltar, mientras Cuba vio nuevamente condenada la ley Helms-Burton, que refuerza el bloqueo de la isla.

El presidente español, José María Aznar, respondió en la rueda de prensa con tono cortante las preguntas sobre las relaciones entre Madrid y La Habana y consideró anecdótico su breve encuentro con el líder cubano el pasado sábado.

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