Se mantiene la incógnita de la presión fiscal

La voluminosa información que acompaña a los Presupuestos del Estado para 1998 no permite, si embargo, despejar la incógnita de cómo evolucIonará la presión fiscal. El olvido del Ministerio de Economía y Hacienda responde a que el dato no se ha considerado relevante. No opina así la oposición, que ha hecho de este asunto una de sus principales críticas a estos Presupuestos. El descenso de la presión fiscal es, por otra parte, la principal y más concreta de las promesas electorales del PP.El cálculo es relativamente sencillo. Se trata de medir la contribución que los ciudadanos hacen a t...

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La voluminosa información que acompaña a los Presupuestos del Estado para 1998 no permite, si embargo, despejar la incógnita de cómo evolucIonará la presión fiscal. El olvido del Ministerio de Economía y Hacienda responde a que el dato no se ha considerado relevante. No opina así la oposición, que ha hecho de este asunto una de sus principales críticas a estos Presupuestos. El descenso de la presión fiscal es, por otra parte, la principal y más concreta de las promesas electorales del PP.El cálculo es relativamente sencillo. Se trata de medir la contribución que los ciudadanos hacen a través de todos los impuestos y las cotizaciones sociales más otros ingresos al sostenimiento del Estado, la Seguridad Social, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Este esfuerzo ha de relacionarse con la riqueza generada por la economía (PIB) y ha de computarse en términos de las obligaciones contraídas frente a las Administraciones públicas, según el sistema homolgable a nivel internacional.

De acuerdo con estos criterios, la presión fiscal se situó el pasado año en el 35,5% del PIB, medio punto más que el año anterior, según datos de la Intervención General de la Administración del Estado que no se han hecho públicos oficialmente. Ese año, parcialmente bajo la responsabilidad del PP en el Gobierno, aumentó el peso en el PIB de las cotizaciones sociales, aunque se mantuvo el de los impuestos directos (IRPF y sociedades) e indirectos (IVA y especiales).

Un 40,7% en 1997

En los Presupuestos de 1997, primeros elaborados por el Gobierno del PP, desapareció toda información relativa a la presión fiscal estimada para el año en curso. Hay que acudir al Programa de Convergencia 1997-2000, presentado en los primeros meses de este año, para saber que el peso de los ingresos en el PIB pasará a ser del 40,7%, aunque no se especifica la metodología seguida para hacer este cálculo.En los Presupuestos de 1998 ocurre lo mismo, aunque en esta ocasión se presentan algunos datos parciales. En concreto se señala que la presión tributaria (impuestos directos e indirectos más cotizaciones sociales) del Estado y la Seguridad Social, en derechos reconocidos, se situará en el 17,4% del PIB, tanto este año como el próximo.

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