FERIA DE SALAMANCA

Aparatosa cogida de José Ignacio Sánchez

El susto lo dio José Ignacio Sánchez, volteado feamente en el segundo lance. Cayó de mala manera en la arena, donde quedó hecho un rebujo, inmóvil. Cundió el pánico en los tendidos. En la enfermería se le apreció un puntazo y conmoción cerebral, siendo trasladado a un hospital de Salamanca. Todo quedó, afortunadamente, en susto. Lamentable, pero sin consecuencias graves.Hay que guardar las distancias, mientras no exista un cierto conocimiento. Nada de tuteos iniciales. Cada cual en su sitio. Eso lo llevó al pie de la letra Javier Conde, pasándose los toros tal que por Almería. Un tranvía atrav...

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El susto lo dio José Ignacio Sánchez, volteado feamente en el segundo lance. Cayó de mala manera en la arena, donde quedó hecho un rebujo, inmóvil. Cundió el pánico en los tendidos. En la enfermería se le apreció un puntazo y conmoción cerebral, siendo trasladado a un hospital de Salamanca. Todo quedó, afortunadamente, en susto. Lamentable, pero sin consecuencias graves.Hay que guardar las distancias, mientras no exista un cierto conocimiento. Nada de tuteos iniciales. Cada cual en su sitio. Eso lo llevó al pie de la letra Javier Conde, pasándose los toros tal que por Almería. Un tranvía atravesado cabía entre toro y torero. ¿Apreturas? ¡Calle usted, qué cosas dice! Por si fuera poco, tuvo que matar tres toros y como el sexto le hizo un amago en el primer muletazo, el torero sacó a relucir el instinto de conservación y entonces ya no es que lo muleteara a distancia, es que le hubiera gustado poder hacerlo por correo. Fue todo prudencia.

Charro / A

Sánchez, J. I. Sánchez, CondeToros de Charro de Llen, blandos; con cierto nervio el tercero. Andrés Sánchez: silencio; silencio; oreja protestada. José Ignacio Sánchez: lesionado de pronóstico reservado al lancear a su primero. Javier Conde: saludos y división de opiniones; silencio; pitos. Plaza La Glorieta, 14 de septiembre. Tercera de feria. Media entrada.

La corrida por esto, o por lo que fuera (la lluvia acabó por aparecer también), se hizo pesada y aburrida. Los toros no le echaban picante a la tarde y el festejo entró en una etapa de sopor que duró toda la tarde.

Andrés Sánchez no ganó para enganchones en su primero, que le desarmó varias veces quitándole limpiamente la muleta de la mano. En el que mató sustituyendo a José Ignacio Sánchez, blanco y embistiendo al paso, estuvo muy sereno a pesar de que el toro se orientó una barbaridad por el derecho (que fue por el que prendió a su anunciado matador) y en el cuarto aprovechó que el toro llegó con claridad a la muleta, yendo con alegría incluso cuando se le citaba de lejos y anduvo con facilidad y muy templado, consiguiendo muleteados de excelente trazo. No faltó el final de faena ponciano, por bajo, y le fue concedida una oreja, que hubo de ir a buscar al desolladero, a pesar de un pinchazo aliviándose y una estocada corta perpendicular.

José Ignacio Sánchez sufre conmoción cerebral, traumatismo craneoencefálico y cervical y herida en un muslo. Pronóstico reservado.

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