La recreación de un mercado romano del siglo I atrae a 25.000 visitantes
Nundinae, palabra latina que quiere decir cada nueve días, es la recreación de un mercado romano del siglo I que desde el pasado 28 de junio, y hasta el próximo día 31, se desarrolla diariamente en el Foro Romano de Mérida, y que hasta ayer ha atraído a más de 25.000 visitantes.Este paseo por la Mérida de hace dos mil años se ha planteado como una de las actividades paralelas del Festival de Teatro Clásico de Mérida, que esta semana ha estrenado con éxito Las Bacantes, de Eurípides, con dirección de Eusebio Lázaro y un cartel encabezado por María Fernanda D'Ocón y Carlos Ballesteros....
Nundinae, palabra latina que quiere decir cada nueve días, es la recreación de un mercado romano del siglo I que desde el pasado 28 de junio, y hasta el próximo día 31, se desarrolla diariamente en el Foro Romano de Mérida, y que hasta ayer ha atraído a más de 25.000 visitantes.Este paseo por la Mérida de hace dos mil años se ha planteado como una de las actividades paralelas del Festival de Teatro Clásico de Mérida, que esta semana ha estrenado con éxito Las Bacantes, de Eurípides, con dirección de Eusebio Lázaro y un cartel encabezado por María Fernanda D'Ocón y Carlos Ballesteros.
Los organizadores de este mercado, expertos y estudiosos de la, época, han escogido el año 77 como momento de la historia de Emérita Augusta para reproducir la vida social y económica de la Mérida de entonces. Artesanos de distintas artes como la zapatería, el hierro, la cerámica, el cuero, la panadería, la frutería, bronce, vidrios, joyas, tejidos o mosaicos exponen, como entonces se hacía cada nueve días, sus mercancias, todas elaboradas con las mismas técnicas y diseños que empleaban los emeritenses romanizados.
Además de poder adquirirse estos productos, también se ofrecen cenas romanas, en armonía con el recetario y los usos romanos, y espectáculos teatrales, basados en obras de Torencio, Plauto y el joven autor extremeño Juan Copete, que ha recogido en su obra el espíritu de sus antepasados. Todo ello se produce en un entorno lúdico que recrea los ambientes, tanto diurnos como nocturnos, de la Mérida de hace veinte siglos.