El hedonismo de "Las bacantes" llega al Festival de Teatro Clásico de Mérida

Eusebio Lázaro estrena el clásico de Eurípides

Antes de que empezaran en nuestra cultura las religiones jerárquicas y monoteístas, Dionisos, también conocido por Baco, propugnó, en la Grecia clásica, una religión ligada a la naturaleza y a las pasiones del ser humano, donde el hedonismo era el camino para lograr la felicidad. Tan sólo queda un testimonio que cuente los rituales que envolvían a este credo, tristemente desaparecido para muchos: Las bacantes de Eurípides, obra que con dirección de Eusebio Lázaro se estrenará mañana en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Eusebio Lázaro confiesa que el sello personal que suele dar a...

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Antes de que empezaran en nuestra cultura las religiones jerárquicas y monoteístas, Dionisos, también conocido por Baco, propugnó, en la Grecia clásica, una religión ligada a la naturaleza y a las pasiones del ser humano, donde el hedonismo era el camino para lograr la felicidad. Tan sólo queda un testimonio que cuente los rituales que envolvían a este credo, tristemente desaparecido para muchos: Las bacantes de Eurípides, obra que con dirección de Eusebio Lázaro se estrenará mañana en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Eusebio Lázaro confiesa que el sello personal que suele dar a las obras que aborda como director, actor o adaptador, normalmente de Shakespeare, esta vez ha venido dado por un hecho inverosímil que él cuenta con toda naturalidad. "Se me apareció Dionisos en persona y me llevó de la mano a Las bacantes", dice. No parece que el director haya perdido el juicio, sino que expresa de esa manera cómo estando enfrascado en una investigación sobre la huella de Dionisos, dios que para él amalgama la cultura mediterránea, tuvo la necesidad imperiosa de 'montar esta obra, eso sí, con músicas y danzas -coreografiadas por Juan Carlos Santamaría- de los continentes que influyeron sobre Baco."Es una obra muy contradictoria, por un lado nos da a conocer a un dios maravilloso, gozador, que no prohibe el sexo, que inventa el vino, las danzas..., pero que por otra parte puede lleáar.a ser muy destructivo, porque cuando toma venganza es terrible" dice el director. Y es que, como cuenta Lázaro, el dionisismo estuvo mal visto por los poderes: "Es una religión muy transgresora, como se puede ver en la obra, en la que Dionisos se cabrea porque el rey de Tebas quiere expulsarle, creando la primera ley de extranjería", dice con humor. "Como no le deja estar pasándoselo bien con sus chicas llega la venganza, que se produce porque el poder impide el gozo". Una venganza- que consiste, entre otras cosas, en enloquecer a las mujeres de Tebas, incluida la madre del rey, y lanzarlas al monte a practicar las orgías y los ritos de trance y éxtasis.

Las chicas no son otras que María Fernanda D'Ocón y Marina Saura, que junto con Marta Belaustegui y Ana Lucía Billate forman el corifeo de la obra, sobre el que reposa la parte textual de un coro formado por otras seis bailarinas que también intervienen, con la palabra. "En Las bacantes el coro es un solo personaje", dice Saura, "somos un solo bloque que sigue ciegamente a un Dionisos enfebrecido con esta religión que él propugna".

Para Carlos Ballesteros, este montaje ha sido un gozoso reencuentro con los clásicos griegos. "Pasar por el teatro romano de Mérida", donde estuvo haciendo Medea con Nuria Espert, "proporciona uno de los momentos fundamentales y definitivos de la carrera de un actor".

Junto a estos curtidos, un. debutante en el teatro, Manuel Bandera, que ha trabajado en cine con directores como Chávarri, Almodóvar o Saura. Bandera no oculta su entusiasmo por participar en este proyecto. "Si algo he aprendido en esta profesión es que trabajar al lado de grandes actores te potencia y te enseña mucho", dice.

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