"Contiúe disfrutando, señor Meinke"

Hans Meinke, presidiendo una enorme mesa, junto a amigos, por ejemplo, el aún alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, o Pedro Laín Entralgo; con cantidad de mesas llenas de autores admirados y amigos agradecidos, recibió el homenaje del mundo de las letras.El Grupo Bertelsmann, por boca de Frank Wösner, presidente de la división editorial del grupo, transmitió la felicitación: "En nombre del Consejo de Dirección de Bertelsmann y de todos sus compañeros de trabajo del área de Libros, quiero desearle que cointinu disfrutando de salud, de felicidad y de éxito en sus nuevas responsabilidades". Al ...

Hans Meinke, presidiendo una enorme mesa, junto a amigos, por ejemplo, el aún alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, o Pedro Laín Entralgo; con cantidad de mesas llenas de autores admirados y amigos agradecidos, recibió el homenaje del mundo de las letras.El Grupo Bertelsmann, por boca de Frank Wösner, presidente de la división editorial del grupo, transmitió la felicitación: "En nombre del Consejo de Dirección de Bertelsmann y de todos sus compañeros de trabajo del área de Libros, quiero desearle que cointinu disfrutando de salud, de felicidad y de éxito en sus nuevas responsabilidades". Al filo de la medianoche, una tarta con velas puso la nota emotiva de esta velada de cumpleaños. Y la nostalgia, y la tristeza. "Este día, por otra parte, significa el final de su labor como gerente del Círculo de Lectores. He sabido que, según estipulan las normas que rigen en nuestro grupo, el límite de edad para los otros directivos está establecido en los 60 años. Es natural que un caso como el suyo pueda llevamos a reflexionar sobre la validez de esta norma empresarial; pero, como usted sabe, esta regla afecta incluso al accionista principal, el señor Reinhard Mohn, y muy pronto también al presidente del consejo, señor Mark Wössner. Por ello, este día debe entenderse como el relevo generacional dentro del Círculo de Lectores".

Meinke estaba absolutamente emocionado. Estuvieron amigos de siempre, y probablemente para siempre, entre ellos, Andreu Alfaro, Santiago Carrillo, Juan Luis Cebrián, Ricardo Díez-Hochleitner, Josep Antoni Duran i Lleida; José Ortega Spottomo, que pronunció uno de los brindis, y Gerdshuelte-Hillen y Pasqual Maragall, que brindaron por él. Y también, después de la tarta, Pedro Laín Entralgo, uno de los autores al que más felizmente ha editado

Fiesta inolvidable

¿Cómo se recibe un homenaje sin morir en el intento?", resumió de alguna manera, casi con lágrimas en los ojos, Hans Meinke. Tanto él como su sustituto al frente de Círculo de Lectores, Albert Pélach Paniker, agradecieron a Leopoldo Rodés que les ayudara a conseguir el marco impresionante del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona para celebrar esta fiesta que para muchos será inolvidable. Estuvieron editores como Maribel de Andrés (Anaya); José Manuel Lara Hemández (Planeta), Jorge Herralde (Anagrama), Beatriz de Moura y Antonio López (Tusquets), Emiliano Martínez (Santillana), Patrice Maudourget (Larousse), Gonzalo Pontón (Grijalbo Mondadori) y un larguísimo etécetera.Y otros amigos que quisieron estar ahí en el corazón de la Rambla barcelonesa: Francisco Pérez González, Jesús de Polanco, Fer-nando Lázaro Carreter, José Luis Sampedro, Miquel Roca, José Sacristán, Ramón Tamames, Juan Tapia, Esther Tusquets, Manuel Vázquez Montalbán. Todos quisieron estar al lado del amigo de los editores. Lo más divertido, en la noche del Macba, es que no se podía fumar y los invitados subrepticiamente abandonaban las instalaciones. para salir a la calle, por ejemplo Carrillo, desde luego, o Lara Bosch o Antonio López Lamadrid y, sobre todo, la ex ministra de Cultura Carmen Alborch, que dejó al personal encandilado; con el pelo llameante, como siempre vestía con tonos absolutamente republicanos, gustó a todo el mundo; parece que incluso al muy amable director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente, que tuvo que sustituir a la actual ministra, Esperanza Aguirre, ocupada con la Cumbre de la OTAN en Madrid.