Enrique Ventura, un clásico del humor, recibe el galardón del Salón del Cómic

El gran premio del Salón del Cómic de Barcelona fue otorgado en la noche del viernes al dibujante madrileño Enrique Ventura . Pertenece a la factoría de El Jueves, en cuyas páginas aparece Grouñidos en el desierto, serie creada con su primo Miguel Angel Nieto, fallecido este mismo año. Ventura aúna humor, ironía y surrealismo en su trabajo, que tiene como máximo protagonista al personaje de Groucho Marx. El Salón del Cómic, con este premio, vuelve a galardonar el trabajo de El Jueves, la revista de historietas que, a mucha distancia del resto, es la de mayor ventas en toda...

El gran premio del Salón del Cómic de Barcelona fue otorgado en la noche del viernes al dibujante madrileño Enrique Ventura . Pertenece a la factoría de El Jueves, en cuyas páginas aparece Grouñidos en el desierto, serie creada con su primo Miguel Angel Nieto, fallecido este mismo año. Ventura aúna humor, ironía y surrealismo en su trabajo, que tiene como máximo protagonista al personaje de Groucho Marx. El Salón del Cómic, con este premio, vuelve a galardonar el trabajo de El Jueves, la revista de historietas que, a mucha distancia del resto, es la de mayor ventas en toda España.En el otro extremo generacional, el joven Albert Monteys obtuvo el galardón al autor revelación. Monteys también colabora con El Jueves -pertenece a la última hornada de creadores que se han incorporado a la publicación- y a la vez dirige la revista Puta Mili, y es un claro fruto de la labor que en estos últimos años han realizado las editoriales independientes y los fanzines. Empezó a publicar en 1993 en el fanzine Mondo Lirondo, realizado junto con tres compañeros con los que formaba el colectivo La Penya. En 1996 publicó Calavera lunar, su primer cómic en solitario, editado por Ediciones Camaleón.

En esta edición, el Salón del Cómic coincidió al premiar la mejor obra y el mejor guión. Los premios a la mejor obra y el mejor guión, otorgados a El artefacto perverso, reconocen la labor del guionista Felipe Hernández Cava y la del dibujante Federico del Barrio. Esta obra tiene un espléndido engranaje argumental al combinar escenas de la historia real con la narración que el protagonista realiza al dibujar una historieta.

Recuerdos de guerra

Además de estos dos tiempos narrativos existe un tercero que, mediante los recuerdos que el protagonista tiene de la guerra civil, da otra vuelta de tuerca a la filigrana narrativa. La fuerza del dibujo de Federico del Barrio va pareja a la intensidad de la historia, que está ambientada y engarzada en los grises y represivos años de la postguerra. El impacto del claroscuro refuerza el ambiente opresivo que emana de las circunstancias de los personajes. El álbum ha sido editado por Planeta-De Agostini.

El premio a la mejor obra extranjera fue otorgado al artista estadounidense de origen mexicano Beto Hernández por Río Veneno, de Ediciones La Cúpula. Hernández forma con su hermano Jaime un claro ejemplo de lo que representa la cultura fronteriza, en la que los rasgos ancestrales de la cultura mexicana se mezclan con la más genuina idiosincrasia estadounidense. Río Veneno es un cómic que narra la historia de Luba, hija bastarda que es abandonada por su madre, que a su vez fue expulsada de casa al descubrir su marido que no era el padre de la criatura. Las páginas de Hernández reflejan pasiones desatadas, lo que no impide que sus historias estén también llenas de ternura.

El premio al mejor fanzine fue concedido con igual mérito a Rau y a Kovalsky Fly. Rau fue creado en 1995 tras una exposición en la que participaban los cinco componentes de Producciones Peligrosas. El gran premio del salón está dotado con 500.000 pesetas; los premios al autor revelación, a la mejor obra y al mejor guión, con 250.000 pesetas, y el premio al mejor fanzine, con 100.000 pesetas.