Alemania logra endurecer el Pacto de Estabilidad de la unión monetaria

Alemania se llevó el gato al agua. El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea (UE), reunido ayer con carácter informal en esta población de la costa holandesa, se plegó a las exigencias del halcón Theo Waigel. El Pacto de Estabilidad del euro quedó endurecido: las sanciones a los países ultradeficitarios serán acumulables año tras año, contra lo que pretendía España. Pero será una acumulación limitada, por lo que el vicepresidente económico español, Rodrigo Rato, calificó de "razonable" el compromiso.

El Pacto de Estabilidad aprobado por la cumbre de dic...

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Alemania se llevó el gato al agua. El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea (UE), reunido ayer con carácter informal en esta población de la costa holandesa, se plegó a las exigencias del halcón Theo Waigel. El Pacto de Estabilidad del euro quedó endurecido: las sanciones a los países ultradeficitarios serán acumulables año tras año, contra lo que pretendía España. Pero será una acumulación limitada, por lo que el vicepresidente económico español, Rodrigo Rato, calificó de "razonable" el compromiso.

El Pacto de Estabilidad aprobado por la cumbre de diciembre en Dublín permite sancionar a los países que entren en el euro y pequen con un déficit superior al 3% del PIB. ¿Cómo? Obligándoles a efectuar un depósito sin interés de hasta el 0,5% del PIB (un 0,2% fijo y una décima adicional por cada punto de exceso de déficit sobre el techo del 31/6), que a los dos años se transforma en multa, si no se ha corregido el desbalance.La batalla en el Ecofin enfrentó a dos grupos. Los ortodoxos, encabezados por Alemania y Holanda (seguidos por Francia, Bélgica, Finlandia, Irlanda y Luxemburgo) defendían que el tope de castigo del 0,5% rigiese individualmente para el depósito del primer año y de los siguientes. Pero que las sanciones del segundo y sucesivos ejercicios pudieran acumularse a la del primero. Objetivo: endurecer la penitencia y fortalecer su efecto disuasorio. Los flexibles (España, Italia, Grecia, Austria y Suecia) pugnaban tenazmente contra la acumulación de multas, considerando que el tope del 0,5% debía regir no sólo para un año, sino para un período temporal indefinido. Pretensión: evitar castigos excesivos. Entre ambos grupos flotaban los indiferentes: Dinamarca, Portugal y Reino Unido.

Visto el empate, el comisario de Asuntos Monetarios, Yvez-Thibault de Silguy se sacó de la manga una solución de compromiso. A saber, aceptar el principio de la acumulación, lo que endurece el sistema sancionador. Pero al tiempo, para hacerlo digerible, reducir un poco las cuantías. ¿De qué manera? Pues haciendo que sólo pueda acumularse la parte móvil del depósito (una décima sobre el exceso respecto del 3%) y no la parte fija (las dos décimas), con la que se castigaría más al infractor en el primer ejercicio ultradeficitario y menos en los siguientes.

¿Qué significa eso?. Que en la peor de las hipótesis (déficit del 8%), el incumplidor deberá depositar un 0,5% de su PIB y otro 0,5% en el segundo año, lo que totaliza una inmovilización del 1% del PIB, unos 800.000 millones de pesetas en un eventual e improbable caso español. En el tercer año, y siempre que no se corrigiera el déficit, el primer 0,5% se convertiría en multa, y se podría arrostrar otro nuevo depósito del 0,5%. Total, 1,2 billones de pesetas inmovilizados o perdidos en el plazo de un trienio.

Waigel celebró "el buen resultado". "Todos han comprendido cuáles serán las consecuencias de incumplir el Pacto de Estabilidad", añadió, severo. Es un "compromiso razonable" y suficientemente disuasorio, comentó Rato, considerando seguramente que aún podía haber sido peor.

El segundo punto de fricción radicaba en si el Ecofin dispondrá o no de margen de maniobra para imponer las sanciones, o si lo hará automáticamente. Se saldó con un empate. Habrá margen de maniobra, pero una declaración de la próxima cumbre de Amsterdam instará al máximo rigor.

Y sobre el tercer fleco pendiente del Pacto, se acordó que el importe de depósitos y multas no engrosará el presupuesto comunitario, sino que se retomará a los países incorporados al euro y que sigan siendo virtuosos, contra lo que deseaba el Reino Unido. "Sería injusto que beneficiase a los más alejados de la convergencia" (los out), sentenció Waigel.

Los ministros discutieron también del calendario de la unión monetaria. Previeron que la decisión final de la criba de países para acceder al euro la adoptará el Consejo Europeo en tomo al 1 de mayo de 1998, fecha en que también podrían establecerse las paridades fijas. Antes, a final de febrero, contarán con los datos de 1997.

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