Israelíes y palestinos confían en que Clinton conseguirá salvar el proceso de paz

La convicción de que sólo Bill Clinton puede impedir un nuevo conflicto en Oriente Próximo ganaba ayer adeptos israelíes y palestinos a pesar de tenaces declaraciones de que ninguno piensa hacer concesiones. El Gobierno derechista del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró ayer que la construcción del nuevo barrio judío en Jerusalén oriental no se detendrá por ningún motivo. El presidente palestino, Yasir Arafat, reafirmó que no puede haber paz mientras los tractores de Netanyahu construyan casas para judíos en la colina árabe de Abu Ghneim.

Pero la sospecha de que Washing...

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La convicción de que sólo Bill Clinton puede impedir un nuevo conflicto en Oriente Próximo ganaba ayer adeptos israelíes y palestinos a pesar de tenaces declaraciones de que ninguno piensa hacer concesiones. El Gobierno derechista del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró ayer que la construcción del nuevo barrio judío en Jerusalén oriental no se detendrá por ningún motivo. El presidente palestino, Yasir Arafat, reafirmó que no puede haber paz mientras los tractores de Netanyahu construyan casas para judíos en la colina árabe de Abu Ghneim.

Pero la sospecha de que Washington tiene en mente una reunión tipo Camp David (el término ya ha aparecido en la prensa israelí) introdujo tenues esperanzas de diálogo para detener dos semanas de enfrentamientos callejeros, atentados suicidas y el retorno al aislamiento árabe de Israel.Los palestinos e israelíes están impresionados con la promesa personal de Clinton de hacer todo lo que esté a su alcance y emplear la fórmula de pensamiento creativo para desactivar el conflicto y rescatar el proceso de paz.

El paralelo con Camp David, la reunión que Jimmy Carter organizó en 1977 en la casa de campo presidencial en Maryland y que dos años más tarde derivó en la paz entre Israel y Egipto, es apto si sirve de escenario ejemplar para un diálogo directo y aislado pero bajo la supervisora mirada de Clinton. Clave para el futuro de paz en la zona, es la cita que Netanyahu tiene apuntada para el lunes en la Casa Blanca.

Inicialmente reacio a atender el llamado de Clinton, Netanyahu anunció el martes por la noche que irá a Washington, donde su política expansionista sobre Jerusalén ha causado una irritación comparable al furor del debate religioso entre fuerzas de judíos reformistas y conservadores de Estados Unidos y los rabinos ultraordoxos de Israel, valiosos aliados políticos de Netanyahu.

Shai Bazak, portavoz de Netanyahu, declaró ayer que la condición primordial para nuevos contactos con Arafat es "el cese del terrorismo palestino". Por si quedaran dudas, Bazak reafirmó que Israel seguirá construyendo el barrio de Har Homa. "Netanyahu se lo dirá a Clinton: Jerusalén es la capital de Israel y tenemos todo el derecho a construir en ella".

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