Cartas al director

Muerte de un poeta

Hoy he entendido la indignación que la película Evita ha provocado en Argentina al ver Muerte en Granada. Me ha provocado dolor y rabia ver cómo estos señores de Hollywood utilizan personajes míticos -respetados y queridos en regiones geográficas ajenas a ellos para trastocar e inventar sus vidas y sus muertes.No puedo evitar preguntar si es casualidad que la película se estrene en Granada un año antes del centenario del nacimiento del poeta. Para el año que viene se están organizando numerosos eventos en torno a la figura de Lorca. Para algunos esto debe resultar incómodo, cuand...

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Hoy he entendido la indignación que la película Evita ha provocado en Argentina al ver Muerte en Granada. Me ha provocado dolor y rabia ver cómo estos señores de Hollywood utilizan personajes míticos -respetados y queridos en regiones geográficas ajenas a ellos para trastocar e inventar sus vidas y sus muertes.No puedo evitar preguntar si es casualidad que la película se estrene en Granada un año antes del centenario del nacimiento del poeta. Para el año que viene se están organizando numerosos eventos en torno a la figura de Lorca. Para algunos esto debe resultar incómodo, cuando de algún modo -que hoy no quieren reconocer- están históricamente relacionados con el fascismo, que acabó con la vida de tantos ilustres, el exilio de otros y que prohibió la lectura de sus obras. La incomodidad se la sacuden con esta película que les ha caído del cielo, ¿o no? Donde el mensaje que se transmite es que una serie de fascistas cercanos a Lorca en sus últimos momentos, lo que querían es ¡protegerle! Se les va eximiendo de culpabilidad uno a uno. Ahora resulta que fue asesinado por una venganza personal que nada tenía que ver con las tendencias políticas del Poeta. ¡Pero vamos! ¿Con esta majadería ya podemos salir todos en las fotos el año que viene con las cabezas bien altas? Mejor sería que los descendientes políticos de los culpables tuvieran la valentía de sencillamente hacer un reconocimiento público del error pasado y pedir perdón del mismo modo a la familia y a todos los que lo llevamos en el corazón. Eso bastaría. ¡Pero esta infamia!

No sé cómo permitimos a los yanquis que vengan aquí no ya sólo imponiendo su modus vivendi, sino ahora también inventando mentiras sobre nuestros mitos. Debían haber usado un poeta ficticio o por lo menos empezar la película aclarando que la trama es un invento para la creación de un thriller. De lo contrario, generaciones venideras creerán que una de las páginas más tristes de la historia de Granada es esta imperdonable infamia.-

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