Recordatorio
Este violinista lleva muchos años tocando por el mundo: su canción Si yo fuera rico continuamente aparece en versiones distintas. Esta es una versión modesta, y el escenario del Muñoz Seca es pequeño para contenerla; aun así, las 24 personas que están a veces todas juntas en escena se mueven bien gracias a la dirección; cantan apoyadas por la orquesta bien grabada y el resultado es agradable y hay satisfacción en el público del domingo por la tarde, que aplaudió mientras el telón se alzaba una y otra vez. Pienso que los méritos no son sólo de los lejanos creadores, sino de la adhesión que tene...
Este violinista lleva muchos años tocando por el mundo: su canción Si yo fuera rico continuamente aparece en versiones distintas. Esta es una versión modesta, y el escenario del Muñoz Seca es pequeño para contenerla; aun así, las 24 personas que están a veces todas juntas en escena se mueven bien gracias a la dirección; cantan apoyadas por la orquesta bien grabada y el resultado es agradable y hay satisfacción en el público del domingo por la tarde, que aplaudió mientras el telón se alzaba una y otra vez. Pienso que los méritos no son sólo de los lejanos creadores, sino de la adhesión que tenemos todos por los judíos que han sufrido tanto en Europa: como éstos de la aldea rusa, donde ya se ve aparecer la revolución que acabará con la tiranía zarista, de vida pobre y sencilla pero maltratados y al final expulsados de su aldea.
El violinista sobre el tejado
De Stein, Hamick y Block. Intérpretes: Compañía Crac al Gag. Escenografía: Eduardo Bucar. Dirección: Ruben Segal. Teatro Muñoz Seca.