Reportaje:ENDOCRINOLOGíA

Dos años de espera para que la 'hormona de la saciedad' dé frutos contra la obesidad

En Estados Unidos, uno de los países con mayor número de obesos, se invierten anualmente cientos de millones de dólares en programas de dietética, sesiones de ejercicio y adelgazamiento, sin que nada de todo eso funcione. La terapia más lógica sería conseguir que la gente dejara de ingerir hamburguesas y ejercitara las piernas, pero como indicó hace unos días en Valencia José Caro (co-descubridor del gen OB productor de la hormona de la obesidad), "estamos hablando de una enfermedad muy seria, que no sólo es producto de la glotonería y la pereza". Existen entre 10 y 15 genes que interacionan c...

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En Estados Unidos, uno de los países con mayor número de obesos, se invierten anualmente cientos de millones de dólares en programas de dietética, sesiones de ejercicio y adelgazamiento, sin que nada de todo eso funcione. La terapia más lógica sería conseguir que la gente dejara de ingerir hamburguesas y ejercitara las piernas, pero como indicó hace unos días en Valencia José Caro (co-descubridor del gen OB productor de la hormona de la obesidad), "estamos hablando de una enfermedad muy seria, que no sólo es producto de la glotonería y la pereza". Existen entre 10 y 15 genes que interacionan con, el entorno medioambiental para favorecer este trastorno.Consultor del Instituto Nacional de la Salud de EE UU, Caro expuso los últimos avances llevados a cabo con la leptina -conocida como la hormona de la saciedad-, que tras una etapa de experimentación animal ha entrado ya en fase de ensayos humanos. El investigador, nacido en España y afincado en Filadelfia, participó el pasado viernes 1 en el XVIII congreso de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes. y Nutrición. Caro ha sido profesor de medicina y jefe de departamento en el colegio médico de la Universidad Thomas Jefferson, de Filadelfia. "En menos de dos años sabremos si hemos dado con la solución a la obesidad", explicó.

Enfermedad compleja

La obesidad es una enfermedad tan compleja como la diabetes, la hipertensión o la arterioescleriosis, de la que se conoce algo más desde hace 24 meses, gracias al hallazgo de la leptina, una hormona que se produce en el tejido adiposo cuando se agrandan las células, y que. es la encargada de informar al cerebro de que debe dejar de comer. "Sin leptina, el cerebro nunca sabría cuándo hay un exceso de tejido adiposo y eso nos llevaría a comer sin cesar", explicó Caro.El investigador ya experimentó anteriormente con ratones insaciables a los que una mutación genética les impedía producir la citada hormona. "En realidad, es un defecto en el gen de la delgadez lo que produce obesidad en los ratones,: por tanto sería más lógico llamarla la hormona de la delgadez", matizó Caro.

En el caso de los humanos, la producción de leptina es normal (a mayor cantidad de grasa, mayor producción de la hormona), luego el fallo posiblemente esté en el proceso de transmisión dé ínformación al cerebro. Según el experto, es posible que falle la comunicación entre el receptor de la leptina y el neuropéptido Y (el factor biológico que reduce el apetito y ayuda a quemar las grasas dentro del organismo). Por eso, una vía de solución, todavía en fase de experimentación, es intervenir es el citado neuropéptido para ver los efectos en la sensación de hambre.

Pero, para Caro, la investigación con más futuro se basa en una molécula análoga que supera las propiedades naturales de la leptina y que ya se está inyectando en seres humanos. Las pruebas con ratones revelan que en cuatro semanas el animal pierde todo el exceso de peso. Sin embargo, los investigadores no saben todavía si los efectos adelgazantes demostrarán ser tan rápidos en seres humanos como han demostrado en ratones. Si en dos años los resultados son positivos, ellos mismos calculan que en cinco años podría estar comercializada la molécula similar a la leptina.

Efecto placebo

De momento, las pruebas se están realizando sin informar al paciente, para evitar el efecto placebo, "pues son tantas las ansias de adelgazar, que bastaría darles agua para que creyeran estar perdiendo peso", señaló Caro, quien dijo que en EE UU se ha duplicado el número de obesos en 90 años, y hoy es una "epidernia" que afectá a más del 30% de la población."Este drama afortunadamente no existe en España", admitió Caro, que no descartó que un cambio en los hábitos alimenticios mediterráneos terminen, por extender la obesidad a la población española. "El día que el estrés domine la vida de los españoles y dejen de comer sano, la obesidad será algo común entre ellos". El investigador recordó que el exceso de peso tiene un efecto grave en enfermedades coronarias, pulmonáres, artritis, incluso en algunos tipos de cáncer.

El experto no descartó que los ensayos con leptina puedan servir igualmente para tratar los casos de delgadez extrema: "inhibiendo la hormona, conseguiríamos que a su cerebro no llegara información sobre la cantidad de tejido adiposo existente, y así comerían más", concluyó.

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