400 veces Kabaivanska

En los últimos 35 años, tres menos que los que lleva dedicada al canto lírico, Raina Kabaivanska ha hecho 400 veces Tosca, el personaje que Victorien Sardou creó para que Sarah Bernhardt se luciera en el teatro y con el que toda soprano ha querido medirse desde su estreno operístico, en enero de 1900. De ahí que haya habido Toscas más líricas o más dramáticas, dado que el papel fue abordado por Maria Callas y por Renata Tebaldi, por Birgit Nilsson y por Mirella Freni, ejemplos recientes de cantantes que, en general, tenían repertorios diferentes.

En el personaje central de esta óper...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En los últimos 35 años, tres menos que los que lleva dedicada al canto lírico, Raina Kabaivanska ha hecho 400 veces Tosca, el personaje que Victorien Sardou creó para que Sarah Bernhardt se luciera en el teatro y con el que toda soprano ha querido medirse desde su estreno operístico, en enero de 1900. De ahí que haya habido Toscas más líricas o más dramáticas, dado que el papel fue abordado por Maria Callas y por Renata Tebaldi, por Birgit Nilsson y por Mirella Freni, ejemplos recientes de cantantes que, en general, tenían repertorios diferentes.

En el personaje central de esta ópera de Giacomo Puccini, el único que canta casi ininterrumpidamente durante los tres actos de la obra, confluye una mezcla de estilos y cualidades vocales que pocas veces se dan simultáneamente en una misma soprano. Tosca tiene una mezcla de religiosidad infantil y fiereza extrema que obliga al intérprete a pasar en pocos minutos del lirismo del Vissi d'arte a los gritos veristas y los graves violentos que acompañan a la muerte de Scarpia.

Más información

Pocas sopranos han logrado superar esa dura prueba con la musicalidad y la fuerza expresiva de Kabaivanska, que orienta la etapa actual de su carrera hacia la producción de este siglo. Su repertorio incluye obras de Janaceck, Ravel o Shostakóvich. En junio, protagonizará La vuelta de la tuerca, de Benjamin Britten, en la Ópera de Roma.

En cuanto a Pavarotti, su pareja operística de la otra noche, ha dicho más de una vez que no tiene ninguna intención de dejar de cantar antes de que llegue el año 2001, aunque no ha especificado si en escena o en la más cómoda y rentable actividad de concertista, a la que ya dedica la mayor parte de su tiempo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En