Parias en busca y captura

Smajlovic, una anciana musulmana de 63 años, recordará hasta el fin de sus (días los estertores de muerte que tres hombres agonizantes vomitaron durante más de una hora antes de morir de la paliza que Nikolic les propinó. Con la silla del acusado vacía, la mujer revivió también cómo los soldados serbios arrancaron a muchachas, casi niñas, de los brazos de sus madres mientras Nikolic les adelantaba a gritos cómo las iban a violar. Su desgarrador testimonio sirvió, junto al de otros supervivientes del campo de Susica, al frente del que estaba Nikolic, para que el tribunal dictara en octubre cont...

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Smajlovic, una anciana musulmana de 63 años, recordará hasta el fin de sus (días los estertores de muerte que tres hombres agonizantes vomitaron durante más de una hora antes de morir de la paliza que Nikolic les propinó. Con la silla del acusado vacía, la mujer revivió también cómo los soldados serbios arrancaron a muchachas, casi niñas, de los brazos de sus madres mientras Nikolic les adelantaba a gritos cómo las iban a violar. Su desgarrador testimonio sirvió, junto al de otros supervivientes del campo de Susica, al frente del que estaba Nikolic, para que el tribunal dictara en octubre contra el serbio de Bosnia la primera orden de detención internacional.El tribunal, que no puede juzgar en ausencia. del acusado, ha recurrido a la busca y captura internacional en varias ocasiones. El procedimiento fue utilizado contra el líder de los serbobosnios Radovan Karadzic y contra el destituido jefe militar Ratko Mladic, considerados últimos responsables del genocidio cometido en Bosnia-Herzegovina.Junto a ellos ostenta también el dudoso título de ser paria internacional Rajic, croata al mando de las tropas responsables de la depuración de la raza de la localidad de Stupni Do (Bosnia central). En teoría, tampoco les quedan muchos sitios donde esconderse a Mrsksic, Radic y Sljivancanin, tres altos oficiales serbios implicados en la matanza del hospital de Vukovar, en Eslavonia oriental, donde se fusiló a 260 prisioneros.

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Sin embargo, ninguna de las órdenes de detención internacional ha surtido el efecto deseado: ni uno solo de los requeridos ha dado hasta el momento con sus huesos en las celdas de La Haya. Como tampoco ha sido entregado Milan Martic, presidente de la autoproclamada República de Krajina, acusado de ordenar el bombardeo de Zagreb en el que murieron decenas de civiles. Desde su escondite, Martic ha declarado que "no dudaría en volver a repetirlo", y ha asegurado además que ni le sorprende, ni le preocupa, ni le inmuta la orden de captura contra él dictada".

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