La ONU investiga un tráfico ilegal de armas de España a Ruanda

Naciones Unidas aprueba intervenir en Zaire, pero se toma 10 días para hacerlo

Parte del armamento que se está utilizando en los Grandes Lagos africanos procede presuntamente de España. La ONU investiga una supuesta operación de tráfico de armas desde España hacia Ruanda en mayo de 1994 en favor del Gobierno que entonces controlaban los hutus, un mes depués de la matanza de un millón de tutsis y cuando la ONU había decretado ya un embargo internacional. Precisamente, las sospechas apuntaban ayer a los bandas paramilitares hutus como autoras de las muertes de los dos maristas españoles.

El 24 de mayo de 1994, un avión nigeriano que al parecer portaba 30 toneladas d...

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Parte del armamento que se está utilizando en los Grandes Lagos africanos procede presuntamente de España. La ONU investiga una supuesta operación de tráfico de armas desde España hacia Ruanda en mayo de 1994 en favor del Gobierno que entonces controlaban los hutus, un mes depués de la matanza de un millón de tutsis y cuando la ONU había decretado ya un embargo internacional. Precisamente, las sospechas apuntaban ayer a los bandas paramilitares hutus como autoras de las muertes de los dos maristas españoles.

El 24 de mayo de 1994, un avión nigeriano que al parecer portaba 30 toneladas de armas despegaba de Barajas con destino a Malta, desde donde siguió viaje a Goma, en Zaire. Así se afirma en un reciente informe de la Comisión de Investigación de la ONU. El cargamento incluía supuestamente una partida de fusiles de asalto de segunda mano procedentes de Portugal. El documento de la ONU denuncia también la complicidad de Zaire en el rearme de las bandas paramilitares hutus y su implicación en el tráfico de armas procedentes de Bulgaria, República Checa, Francia, Bélgica, Italia, Reino Unido y la antigua Yugoslavia. El drama en los Grandes Lagos alcanza ya cifras escalofriantes: según las organizaciones humanitarias, han muerto ya de hambre y de sed más de 40.000 refugiados. Mientras, proseguía ayer la angustia sobre la suerte que haya podido correr el marista Julio Rodríguez Jorge, cuyo paradero seguía siendo desconocido. Una tercera víctima mortal permanecía sin identificar.

Entretanto, el Consejo de Seguridad de la ONU decidía en la madrugada de ayer preparar una acción. en la zona, pero se daba 10 días de plazo para poner en pie una fuerza de intervención que garantice la llegada de ayuda

humanitaria.

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