Para el Ejecutivo, "Ia mejor noticia" es que González no tenga que declarar

Una de cal y otra de arena. Tras el duelo dialéctico de la semana que acaba, con las advertencias a los socialistas sobre el riesgo de suscitar asuntos como los GAL o los fondos reservados, fuentes del Gobierno dijeron ayer: "La mejor noticia para el país sería que el Tribunal Supremo no citara a Felipe González".

Se argumenta que, si el 4 de noviembre el pleno de la Sala Segunda del alto tribunal decide llamar a declarar al ex presidente en relación con la guerra sucia contra ETA, la situación política seguirá crispada y ello no será bueno para España y tampoco para el Gobierno....

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Una de cal y otra de arena. Tras el duelo dialéctico de la semana que acaba, con las advertencias a los socialistas sobre el riesgo de suscitar asuntos como los GAL o los fondos reservados, fuentes del Gobierno dijeron ayer: "La mejor noticia para el país sería que el Tribunal Supremo no citara a Felipe González".

Se argumenta que, si el 4 de noviembre el pleno de la Sala Segunda del alto tribunal decide llamar a declarar al ex presidente en relación con la guerra sucia contra ETA, la situación política seguirá crispada y ello no será bueno para España y tampoco para el Gobierno.

Desde La Moncloa se intentaba ayer transmitir la idea de que no existe ningún empeño en "acorralar" a la oposición, y que si los socialistas lo interpretan así es porque se sienten "acomplejados" tras 13 años de Gobierno.

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Pero el PSOE no acaba de fiarse de tan pías intenciones. "Los mejores deseos son para los mayores, enemigos", ironizó el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Joaquín Almunia.

Por su parte, el ex ministro de Obras Públicas José Borrell acusó al Gobierno de "emponzoñar" la vida política. En su opinión, Aznar "trata de obtener el máximo provecho político del tema de los GAL y lo saca ante la opinión pública de forma recurrente e insidiosa".

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Referéndum inconstitucional

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, quien desencadenó el último rifirrafe con sus alusiones al "terrorismo de bodeguilla", no estaba ayer para ahondar la polémica. En la recepción del Palacio Real sólo quiso hablar, aunque sin aportar tampoco demasiados detalles, sobre su inminente enlace, matrimonial. Todavía mayor fue el mutismo de José María Aznar. El presidente del Gobierno despachó a los periodistas con un expresivo gesto: se pasó dos dedos por los labios como si fueran una cremallera. Sólo accedió a felicitarles la Fiesta Nacional.A la recepción ofrecida por los Reyes acudió la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, la única miembro del Gobierno que faltó al acto militar celebrado poco antes en la madrileña plaza de la Lealtad.

También se echó en falta a algunos presidentes de comunidades autónomas, como Manuel Fraga (Galicia), Jordi Pujol (Cataluña) o José Antonio Ardanza (País Vasco), pero no a los tres únicos que le quedan al PSOE: Manuel Chaves (Andalucía), José Bono (Castilla-La Mancha) y Juan Carlos Rodríguez Ibarra (Extremadura).

El referéndum sobre el nuevo sistema de financiación autonómica que el presidente extremeño pretende celebrar entre los ciudadanos de su región fue uno de los temas más comentados. El Gobierno, según una persona muy próxima a, Aznar, no permitirá bajo ningún concepto que se celebre la consulta popular; entre otras razones, porque la considera inconstitucional.

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