Victorio & Lucchino repasan las formas clásicas en busca de la pureza

Continuidad. Las líneas alargadas y estrechas siguieron ayer planeando sobre la Pasarela Cibeles. Ángel Schlesser rescató del armario masculino el esmoquin y el pantalón para vestir a la mujer de final de siglo. Victorio & Lucchino, que no recurrieron como otras veces a la espectacularidad de las top models, repasaron las formas clásicas en busca de la pureza: "La mujer estaba ya demasiado cabaretera' !aseguró uno de los diseñadores sevillanos para referirse a lo que ya es pasado para ellos. Y Pedro del Hierro reapareció apostando por los tejidos técnicos y el glamour para la noche.

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Continuidad. Las líneas alargadas y estrechas siguieron ayer planeando sobre la Pasarela Cibeles. Ángel Schlesser rescató del armario masculino el esmoquin y el pantalón para vestir a la mujer de final de siglo. Victorio & Lucchino, que no recurrieron como otras veces a la espectacularidad de las top models, repasaron las formas clásicas en busca de la pureza: "La mujer estaba ya demasiado cabaretera' !aseguró uno de los diseñadores sevillanos para referirse a lo que ya es pasado para ellos. Y Pedro del Hierro reapareció apostando por los tejidos técnicos y el glamour para la noche.

La mañana empezó con un trío: Steve Mujer, Boxley y Frederic Homs. Los tres son de los pocos que mantienen la minifalda para el verano que viene.Siguió Angel Schlesser, que apostó claramente por dos siluetas de principio a fin: una a base de pantalón masculino y prendas de arriba muy femeninas y otra de vestidos y faldas evasé que llegan hasta debajo de la rodilla. La filosofía de este diseñador pasa por la continuidad. "Lo más radical de esta colección es el largo, que ya empecé a trabajar a comienzos del invierno pasado y ahora lo he desarrollado a tope", explicó el diseñador poco antes del desfile.

Schlesser mezcló los eternos blanco y negro con los ocres, los azules y algo de verde. Entre los tejidos destacaron el punto de seda, el popelín elástico y la gabardina mezclada con licra para mantener volumen. Llamaron la atención los esmóquines con falda o bermuda, los vestidos de noche de tul y las chaquetas largas.

La tarde empezó neohippy. Javier Larrainzar llenó la pasarela de shorts, prendas superpuestas, faldas hasta el tobillo y pantalones rectos.

Reapareció tras tres años de ausencia en Cibeles Pedro del Hierro, con una colección que en parte se comercializará a través de unos grandes almacenes y una línea más alta de trajes de noche que se venderá en otras tiendas. "Mi alejamiento de la pasarela fue fruto de una decisión más empresarial que creativa", explicó ayer. El diseñador madrileño se decantó por los tejidos técnicos y la simplicidad de las formas. "No estoy limitado por ninguna línea determinada", aseguró antes del pase, en el que destacaron los vestidos de escotes geométricos, los abrigos de entretiempo, las túnicas y las transparencias. Para el hombre, camisas de tejidos blandos y trajes de noche con cremalleras y solapas reversibles.

Victorio & Lucchino, que cerraron la jornada, se presentaron esta vez sin top models. "Se nos ha criticado tanto por traerlas que este año hemos decidido que la top sea la colección y el casting que nos ha puesto Cibeles", aseguró antes del pase uno de los diseñadores. La novedad en sus diseños de primavera fue la presentación de un bloque dedicado a la mujer trabajadora, de espíritu "clásico y conservador". En la colección de tarde y noche Victorio & Lucchino volvieron a sus raíces con vestidos de gasas sin una sola pinza. Además de la línea de gasas que pasaron ayer en Cibeles, los diseñadores sevillanos preparan una línea puente de prendas básicas y estudian una vuelta a la moda masculina y de niños.