FERIA DE SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIAS

Cómo se divierten

Como son las fiestas del pueblo, y la corrida de feria, tan esperada a lo largo del año, hay que divertirse. Y se va a la plaza, se supone que a ver cómo los diestros, que para eso son figuras, se enfrentan a toros poderosos con arte.Luego, resulta que no hay nada de eso. Pero se divierten.

El que más les ha gustado ha sido El Cordobés. Manuel Díaz basa sus actuaciones en la imitación de su supuesto papá. Así fue en el quinto de la tarde. Con este burel El Cordobés hizo creer a las buenas gentes que estaba toreando. ¡Y cómo se divertían con los pases de mínima longitud y los ágiles salt...

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Como son las fiestas del pueblo, y la corrida de feria, tan esperada a lo largo del año, hay que divertirse. Y se va a la plaza, se supone que a ver cómo los diestros, que para eso son figuras, se enfrentan a toros poderosos con arte.Luego, resulta que no hay nada de eso. Pero se divierten.

El que más les ha gustado ha sido El Cordobés. Manuel Díaz basa sus actuaciones en la imitación de su supuesto papá. Así fue en el quinto de la tarde. Con este burel El Cordobés hizo creer a las buenas gentes que estaba toreando. ¡Y cómo se divertían con los pases de mínima longitud y los ágiles saltos de batracio! Todo ello, coreado con esa moda de retrasar el olé alargando la o mientras el torero presenta el engaño, hasta que consume el muletazo. Incluso llegaron a hacer callar a un aficionado que expresaba, en voz alta, su desacuerdo con la bufonada. Intervino la Guardia Civil y todo, para cerrarle la boca. Cosas veredes.

Martínez / Ponce, Cordobés, Puerto

Toros de Jerónimo Martínez, anovillados e inválidos. Enrique Ponce: silencio; oreja. El Cordobés: aplausos y saludos; oreja. Víctor Puerto: silencio; aplausos y saludos.Plaza de San Martín de Valdeiglesias, 9 de septiembre. Primera corrida de feria. Casi lleno.

También se divirtieron mucho con Enrique Ponce. Daba mucha risa verle intentar la faena de todas las tardes con un bicho que apenas se tenía en pie. Pero tampoco faltaron los olés, los piropos y las alegrías.

Y lo que son las cosas. La mejor faena de la tarde la hizo Víctor Puerto con el sexto. Intentó el toreo, a veces lo consiguió y tuvo como premio la indiferencia y el aburrimiento del público. Extraña manera de divertirse.

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