Tamaños, galaxias y otras guerras

., Javier Pradera organizó ayer las charlas sobre El libro y su ecosistema cultural según el principio de la máxima fricción. Para tratar el asunto de la concentración editorial reunió a Imelda Navajo, directora general del grupo editorial Planeta; Jorge Herralde, que desde Anagrama "resiste la tentación de las fusiones", en expresión de Pradera, y Mario Muchnik, que mantiene cierta independencia aun asociado al grupo Anaya, y les lanzó la pregunta: "¿Compensa la economía de escala los efectos uniformadores de la concentración?".Para Imelda Navajo, la uniformización sólo se da si lo...

., Javier Pradera organizó ayer las charlas sobre El libro y su ecosistema cultural según el principio de la máxima fricción. Para tratar el asunto de la concentración editorial reunió a Imelda Navajo, directora general del grupo editorial Planeta; Jorge Herralde, que desde Anagrama "resiste la tentación de las fusiones", en expresión de Pradera, y Mario Muchnik, que mantiene cierta independencia aun asociado al grupo Anaya, y les lanzó la pregunta: "¿Compensa la economía de escala los efectos uniformadores de la concentración?".Para Imelda Navajo, la uniformización sólo se da si los grupos se forman "en vertical" según estructuras jerárquicas, pero no cuando, como en el caso de Planeta, pequeñas editoriales se van incorporando gradualmente y se respeta su singularidad.

Herralde, sin embargo, aprecia toda clase de taras en los grandes grupos, tales como la "reunionitis rampante", la dictadura del memorándum y el ejercicio de "estrategias conspiratorias a tiempo completo". Admite el editor que Seix Barral, Destino y Tusquets mantienen una gran libertad en el seno de Planeta, pero ensalza la "agilidad de francotirador" y la estrecha relación con los autores en las editoriales pequeñas. Herralde predice un auge de las "microculturas" al margen de la corriente mayoritaria y cita, como editoras de "inequívoca vocación cultural a Pretextos, Siruela, Quaderris Crema y Lengua de Trapo.

Mario Muchnik cree que "cada vez es más difícil encontrar grietas" por las que colar obras de calidad cultural. Reconoce que cada unidad integrada en, un grupo editorial "tiene que buscarse la vida", pero señala que la inestabilidad de los equipos directivos de las grandes empresas supone un grave problema para mantener los criterios de edición y una distribución solvente.

Y en contra de las voces que proclaman la muerte del libro a manos de redes, pantallas y convulsiones tecnológicas de toda guisa, el escritor Juan Cueto repuso que la cultura no está compartimentada en "galaxias cerradas" -Guttenberg, Von Neumann o Negroponte-, y que, por tanto, ni hay guerras entre esas galaxias ni el libro va a ser una víctima de ninguna guerra. Cueto señaló al cine como uno de los principales "productores de libros", y aseguró que Internet es "el mayor escaparate de libros que ha conocido la historia".