49º FESTIVAL DE CANNES

Decepcionan los eternos triunfadores, Gong Li y Kaige

Al Pacino y Anjelica Huston se pasan al otro lado de la cámara

ENVIADO ESPECIALEl concurso, sin dejar de tener calidad, entró en una zona de reposo. Los eternos triunfadores chinos Gong Li y Chen Kaige, defraudaron con La joven ama. El también chino Hou Hsiao Hsien, que trajo Adiós Sur, adiós, exquisito ejercicio de estilo, se limitó a rizar el rizo. El rumano Lucian Pintilié en Demasiado tarde y el francés Jacques Audiard en Un héroe muy discreto mantuvieron el alto nivel de la sección oficial. Fuera de concurso, el filme español Pasajes no resultó enteramente convincente, y la coproducción Edipo alcalde, tampoco.

Pasajes y Edipo alcalde ha...

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ENVIADO ESPECIALEl concurso, sin dejar de tener calidad, entró en una zona de reposo. Los eternos triunfadores chinos Gong Li y Chen Kaige, defraudaron con La joven ama. El también chino Hou Hsiao Hsien, que trajo Adiós Sur, adiós, exquisito ejercicio de estilo, se limitó a rizar el rizo. El rumano Lucian Pintilié en Demasiado tarde y el francés Jacques Audiard en Un héroe muy discreto mantuvieron el alto nivel de la sección oficial. Fuera de concurso, el filme español Pasajes no resultó enteramente convincente, y la coproducción Edipo alcalde, tampoco.

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Pasajes y Edipo alcalde hacen agua por el agujero del guión. Y son las estrellas Anjelica Huston y Al Pacino los únicos que agitan las aguas tranquilas, al pasarse detrás de la cámara.A la espera de ver por dónde nos sale la maravillosa actriz Anjelica Huston como directora, con Bastard out of Carolina, hay que reconocer que su colega Al Pacino, en su Looking for Richard, nos sorprendió, convirtiendo Ricardo III de Shakespeare en un curioso pretexto para averiguar hasta dónde llega la capacidad de los grandes artistas clásicos para representar cuestiones específicas del mundo de ahora. Cuando Pacino era joven y se ganaba la vida dando clases de literatura inglesa, solía declamar a Shakespeare en el aula. Las respuestas de los chicos eran contradictorias y ahora, mucho tiempo después, el actor neoyorquino prolonga esa experiencia pedagógica en un espectáculo a mitad de camino entre la ficción y el documento, muy original, sincero y vivo.

Paradoja

Este gran actor de hoy era en sus comienzos un exagerador completamente pasado de rosca, al que le paró los pies y encarriló para siempre el presidente del jurado de Cannes-96, Francis Coppola, en su monumental El padrino. Pacino, ya convertido en un intérprete de gran fuste, sigue las huellas de otros grandes cómicos -Charles Chaplin, Erich von. Stroheim, Buster Keaton, Orson Welles, Laurence Olivier, Fernando Fernán Gómez, Marlon Brando, Robert Redford, Robert de Niro, Charles Laughton, Paul Newman- que han saltado la barrera de los focos y se han puesto a ejercer su oficio en el lado oscuro de la cámara, detrás de ella.Y hay algo peculiar, indefinible pero evidente, en el cine dirigido por actores. Es el signo distintivo y la paradoja que guarda la mirada de quienes tienen por oficio ser mirados. Esa hermosa inconsecuencia anima interiormente a Looking for Richard y acentúa la riqueza y variedad que está derrochando Cannes-96.

Fuera del festival, en el rincón autónomo de la Quincena de los Realizadores, que organiza por su cuenta el gremio de los directores de cine franceses, se proyectaron las dos aportaciones españolas -Edipo alcalde y Pasajes- a este minifestival con organización y filosofía propias. Ambas llenaron la sala Noga, pero ni una ni otra obtuvieron esos síntomas de buena acogida que convierten a estos encuentros de la Quincena en pasaporte infalible para los circuitos de cine minoritario en todo el mundo.

Por desgracia, aunque ambas películas tienen abundantes calidades parciales y obedecen a un notable esfuerzo de autoexigencia de sus creadores delante y detrás de la cámara, no son convincentes como conjunto, pues ambas padecen una quiebra interior de signo recíprocamente opuesto, pues si en Edipo alcalde hay lo que se conviene en llamar exceso de guión, en Pasajes ocurre todo lo contrario, hay una evidente carencia de guión.

Edipo alcalde está bien realizada por el colombiano Jorge Ali Triana y esforzada y sinceramente interpretada por Angela Molina, Jorge Perugorría y Francisco Rabal. Pero el guión de Gabriel García Márquez -no hace falta decir que magistralmente verbalizado- tiene un defecto grave en la composición, pues el tránsito en la media hora final de un tempo sostenible de cine de aventura, de amor y de combate político, al súbito desmelenamiento verbal del mito originario de la tragedia de Edipo, que hasta entonces estaba incorporando al relato en pequeñas dosis digeribles, se atropella e indigesta. La palabra desborda a partir de entonces el cauce, sagrado en cine, de la imagen y una y otra se disocian en la delicada zona de desenlace, que es precisamente la que más unidad interior requiere.

Imaginación visual

Por su parte, Daniel Calparsoro sigue demostrando en Pasajes que posee una original y fértil imaginación visual. Su mirada está viva, por lo que conecta la cámara con los rostros y los espacios en que éstos se desenvuelven.Pasajes, como le ocurría en Salto al vacío, su anterior trabajo, aunque en este filme se perciba esfuerzo por remediar la carencia, no hay escritura y por tanto no hay armazón, organización interior de ese entramado de sucesos incardinados en comportamientos, situaciones, réplicas y contra réplicas que llamamos guión o, más exactamente, escritura cinematográfica.

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