Jolgorio y lágrimas

Tras la función los pasillos, de acceso a camerinos eran un jolgorio de risas, abrazos y felicitaciones, toda una fiesta que continuó con un ágape en el que se hizo patente que aquel estreno era el último de la etapa socialista y de la ministra de Cultura en funciones Carmen Alborch, quien, como es costumbre en ella en la casi totalidad de los eventos culturales, asistió.Por y para ella pidió un brindis Pasqual, que habló en nombre de todo el equipo del CDN, capitaneado por su directora, Isabel Navarro, Getardo Vera y Álvaro del Amo: "Querernos darle las gracias por la libertad con la que se h...

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Tras la función los pasillos, de acceso a camerinos eran un jolgorio de risas, abrazos y felicitaciones, toda una fiesta que continuó con un ágape en el que se hizo patente que aquel estreno era el último de la etapa socialista y de la ministra de Cultura en funciones Carmen Alborch, quien, como es costumbre en ella en la casi totalidad de los eventos culturales, asistió.Por y para ella pidió un brindis Pasqual, que habló en nombre de todo el equipo del CDN, capitaneado por su directora, Isabel Navarro, Getardo Vera y Álvaro del Amo: "Querernos darle las gracias por la libertad con la que se ha podido trabajar desde esta casa y por la generosidad con que se ha comportado con las gentes del teatro", señaló Pasqual. Mientras Alborch disimulaba malamente una emoción delatada por las lágrimas.

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Pero sus habituales risas no se hacían esperar y Alborch, dejaba claro a todos los que se despedían de ella: "¡Pero si me vais a seguir viendo!, lo de leer libros, ir a exposiciones, estrenos, conciertos y demás, aunque fuera en menor medida, ya lo hacía antes de tener este cargo y pienso seguir haciéndolo, ello no quita que lo que he visto esta noche , en mi último estreno como ministra, haya sido un gran regalo que me ha servido para convencerme, aún más, que el trabajo realizado por este equipo del CDN es dificilísimo de superar", afirmó.

Atrás quedaba la tensión vivida una hora antes del estreno, -el único que mostraba tranquilidad era Amat- Eran momentos de mandíbulas apretadas y sudores fríos, en los que Nuria Espert no hacía más que acudir al baño: "Para no hacer nada", según dijo. Durante la representación ella se sintió más relajada de lo que suele estar en esta situación, pero Alfredo Alcón confesó que en su boca no había saliva: "Tenía cemento, creí que me quedaba agarrotado". Eran malos tragos ya olvidados. Por si fuera poco la noche se prolongó en la cafetería del Teatro María Guerrero donde casi todos acudieron, ya de madrugada, a ver un divertido espectáculo de bolsillo, interpretado por Jorge Roelas.

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