Jaime Lamo de Espinosa reclama riesgo para el pensamiento

"Hay tiempos y espacios en los que la distancia entre lo que sabemos y lo que necesitamos saber es tan grande que se hace imprescindible arriesgar", y ésa es la característica del momento presente de la humanidad, señaló ayer en Gijón Jaime Lamo de Espinosa, doctor en Derecho, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Ortega y Gasset, quien por todo ello reclamó para el género del ensayo, en tanto que "aventura del pensamiento", la necesaria dosis de "riesgo, atrevimiento, osadía y también insensatez e imprudencia".Jaime Lamo de Espinosa sostuvo...

"Hay tiempos y espacios en los que la distancia entre lo que sabemos y lo que necesitamos saber es tan grande que se hace imprescindible arriesgar", y ésa es la característica del momento presente de la humanidad, señaló ayer en Gijón Jaime Lamo de Espinosa, doctor en Derecho, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Ortega y Gasset, quien por todo ello reclamó para el género del ensayo, en tanto que "aventura del pensamiento", la necesaria dosis de "riesgo, atrevimiento, osadía y también insensatez e imprudencia".Jaime Lamo de Espinosa sostuvo esta tesis tras recibir el premio Jovellanos de ensayo en su segunda edición, convocado por la editorial Nobel y que le fue concedido por un jurado presidido por el ex jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, como reconocimiento a su obra Sociedades de cultura, sociedades de ciencia. Ensayos sobre la condición moderna. El Premio Internacional Jovellanos está dotado con tres millones de pesetas, la más alta retribución que se concede en España a un premio de ensayo de temática libre.

Cultura y ciencia

En la obra galardonada, que según el autor "condensa muchos años de trabajo", Lamo de Espinosa reflexiona sobre el "contraste" entre la cultura y la ciencia como "dos modos de eliminar el riesgo y la incertidumbre". "La cultura es un saber tácito, adquirido inconscientemente y que se resiste a renovarse, que huye de innovaciones y prima la seguridad", añade; mientras que la ciencia, "que es ya la forma que adopta la cultura de nuestro tiempo, es un saber explícito, que se adquiere con plena consciencia y que asume la innovación como parte rutinaria de su quehacer, generando innovaciones constantes sobre su entorno social".

En Sociedades de cultura, sociedades de ciencia, Lamo de Espinosa aborda también el problema de la libertad, la necesidad social, por qué los hombres protagonizan la historia pero la desconocen.