Violeta Hernando publica a los 14, años una novela de sexo, droga y 'rock & roll'.

La autora estudia 8º de EGB en Barcelona

Violeta Hernando lleva aparatos correctores en los dientes, viste una camiseta negra con propaganda de la película El día de la bestia, chupa de cuero y unas medias a rayas horizontales, rojas y negras. No lleva los libros bajo el brazo, pero casi. Sonríe con timidez y parece asustada ante la que se le viene encima. La culpa es de su precocidad: a los 14 años recién cumplidos, cuando todavía estudia 8º de EGB, acaba de publicar su primera novela: Muertos o algo mejor (Montesinos). Afirma que escribe sobre las preguntas que se hacen los chicos de su generación. El resultado...

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Violeta Hernando lleva aparatos correctores en los dientes, viste una camiseta negra con propaganda de la película El día de la bestia, chupa de cuero y unas medias a rayas horizontales, rojas y negras. No lleva los libros bajo el brazo, pero casi. Sonríe con timidez y parece asustada ante la que se le viene encima. La culpa es de su precocidad: a los 14 años recién cumplidos, cuando todavía estudia 8º de EGB, acaba de publicar su primera novela: Muertos o algo mejor (Montesinos). Afirma que escribe sobre las preguntas que se hacen los chicos de su generación. El resultado es una novela en plan road movie, con referencias musicales, sexo, drogas y muerte."Empecé a escribir la novela el pasado verano", explica, "cuando tenía 13 años. Lo que me movió fueron las preguntas que me hago sobre el mundo. Los protagonistas de la novela [dos chicas de 20 años que viajan por Estados Unidos para acudir a un concierto de rock] se hacen las mismas preguntas que yo, sobre el sentido de la vida y esas cosas. Quiero contar cómo somos los jóvenes de ahora, cómo vemos esa realidad que los adultos intentan ignorar".

La lectura de Gente nocturna, del norteamericano Barry Gifford, le dio el empujón definitivo para convertirse en escritora, aunque también influyeron las películas de Gus Van Sant, Oliver Stone, Quentin Tarantino y Alex de la Iglesia y las letras de sus músicos predilectos. Ha leído a Ray Loriga, le gustaría conocer a Cristina Rosenvinge y quiere ser cantante de rock, pero Violeta tiene muy claro que le gusta escribir. "No soy una niña prodigio", se defiende. "Soy una de tantas chicas que escriben, pero con más suerte que las demás".

Mientras el editor Miguel Riera se muestra preocupado porque no se juzgue a Violeta como "una especie de` hombre elefante", el padre de la escritora, Alberto Hernando, defiende que su hija publique tan pronto. "Fue un amigo portugués, el editor Luis Oliveira, quien me hizo ver que el texto de mi hija tenía la calidad", explica.

En la escuela pública donde estudia Violeta en Barcelona la publicación de Muertos o algo mejor ha originado cierto revuelo. "A mis amigas les ha gustado", afirma. ¿Y a los profesores? "No me han dicho nada, pero sé que algunos me han criticado por detrás". Violeta, como hablando para ella misma, concluye: "Volver a la escuela después de eso será un poco extraño, pero bueno... ".

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