Ernesto Samper propone un referéndum sobre su continuidad como presidente de Colombia

Del ramillete de opciones que se barajaban como salida a la crisis que vive Colombia, el presidente Ernesto Samper eligió la que parece causar mayor rechazo entre la clase dirigente: la consulta popular para legitimar su Gobierno. En una alocución por radio y televisión, tras dos jornadas en las que Samper consultó con todo el mundo -incluido el Nobel Gabriel García Márquez y el ex presidente Alfonso López-, anunció que la semana próxima convocará al Congreso para que estudie una fórmula de consulta. El Partido Conservador pidió a sus cuatro ministros que abandonen el Gobierno.

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Del ramillete de opciones que se barajaban como salida a la crisis que vive Colombia, el presidente Ernesto Samper eligió la que parece causar mayor rechazo entre la clase dirigente: la consulta popular para legitimar su Gobierno. En una alocución por radio y televisión, tras dos jornadas en las que Samper consultó con todo el mundo -incluido el Nobel Gabriel García Márquez y el ex presidente Alfonso López-, anunció que la semana próxima convocará al Congreso para que estudie una fórmula de consulta. El Partido Conservador pidió a sus cuatro ministros que abandonen el Gobierno.

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La posibilidad de que sea el pueblo el que decida sobre la permanencia del jefe del Estado se empezó a cocinar desde el pasado lunes, después de la explosiva declaración del ex ministro de Defensa Fernando Botero."El presidente sí sabía" de los dineros del narcotráfico en su campaña electoral, fue la frase pronunciada por Botero en la cárcel en que está recluido, que se sintió como un KO al presidente.La medida central para garantizar, como dijo Samper, "la gobernabilidad del país", causó inmediatas reacciones. "Es inadecuada. Engendraría un enfrentamiento cercano a una guerra civil", dijo el ex presidente liberal Alfonso López Michelsen. No es el único que ha planteado esta posibilidad. Para Samper, el efecto de la apelación directa al pueblo sería el contrario.

En su mensaje al país, en el cual el mandatario mezcló un tono agresivo con gestos y palabras dirigidas al corazón de los colombianos -sobre todo al de los millones de pobres-, confesó familiarmente que lo único que le quita el sueño, "en este palacio helado y en estas frías noches bogotanas", es que la crisis actual amenaza con dividir al país". El remedio: la consulta.

Algunos analistas y dirigentes políticos y económicos señalan ya la fórmula como una táctica para aplazar la que cada día parece más inminente caída. Samper repitió que "renunciar sería un acto de cobardía" y que seguirá hacienclo frente a la tormenta "protegido por el paraguas" de su conciencia.

Las críticas a la consulta se hacen desde distintos frentes: son de tipo jurídico, constitucional y hasta de manejo. ¿Qué se definiría en la consulta? "No podrá haber referéndum alguno que trate de colocar en tela de juicio la acción de la Justicia", dijo enérgico el fiscal Alfonso Valdivieso, hombre fuerte en la investigación del llamado proceso 8. 000 sobre la financiación de los narcos a líderes polítIcos.Se planteó así desde un comienzo la más grave duda sobre esta salida que ha dado el Gobierno. Y este interrogante: ¿qué preguntamos?, fue el que más dolores de cabeza dio a los que asesoraron al presidente. "La consulta no será para salvar mi Gobierno, sino para salvar el proceso social de mi Gobierno", anunció Samper echando mano al populismo. "Si el pueblo apoya al presidente, magnífico; si dice que no, ¿para qué seguir?", dijo el ministro de Gobierno, Horacio Serpa, quien, según los pronósticos, será el encargado de preparar la consulta.

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Algunas voces han recordado en este debate lo dicho anteriormente por la Corte Constitucional: que ésta es una fórmula propia de doctrinas que buscan legitimarse, que las consultas y plebiscitos sirven para preguntar de un tema de interés general, pero no sobre una persona o un cargo en particular. También hay reparos prácticos. El consejo electoral habla de un mínimo de dos meses y de 20.000 millones de pesos (unos 2.400 millones de pesetas) para hacer realidad la propuesta. Hasta en el mismo Consejo de Ministros, donde se cocinó esta salida, después de aceptar que en los 17 meses que lleva esta crisis se han agotado fórmulas como la del consenso político, se le encontraron peros.

La reacción del Partido Conservador de Colombia (PCC) llegó de boca del senador Favio Valencia, quien indicó que se había pedido a los cuatro ministros y a otros altos cargos del PCC que abandonen sus funciones. Anoche se confirmó la dimisión de los ministros de Transporte y Comercio Exterior, mientras que los de Desarrollo y Trabajo anunciaron que continuaban en el Gobierno "a título personal". También presentó su renuncia el embajador en Argentina, uno de los cinco embajadores conservadores.

El ministro de Desarrollo, Rodrigo Marín, advirtió que la consulta se puede convertir en un suicidio. Para este ministro, uno de los dos conservadores que permanecen al lado del cuestionado presidente liberal, es casi una utopía el pensar que Samper logrará siete millones y medio de votos que le darán la mayoría por el sí, y que le permitirán respirar tranquilo al menos otro par de meses.

Estados Unidos se ha mostrado especialmente cauto durante este nuevo capítulo de la ya interminable crisis de un Gobierno cuestionado por haber recibido dinero, supuestamente, del cartel de Cali. Ayer, funcionarios del Gobierno de Bill Clinton negaron versiones del diario estadounidense The Washington Post, que fue uno de los medios elegidos por el ex ministro Fernando Botero para dar su sorpresiva revelación sobre Samper. En este sentido, la Casa Blanca desmintió anoche que se hayan cancelado visados para EE UU a seis generales colombianos por sospechas de vínculos con el narcotráfico.

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