El Reino Unido vigila a los barcos españoles que faenan en el "Irish box"

El gobierno británico ha estado presto al mandar una patrullera, la Lindisfarne, a vigilar, a los barcos españoles que desde ayer, 1 de enero, han comenzado a faenar en las aguas entre Irlanda y el Reino Unido, conocidas como Irish box. El acuerdo alcanzado en el seno de la Unión Europea como. consecuencia de la incorporación de pleno derecho de España a la política pesquera permite que 40 pesqueros españoles puedan trabajar en todas las aguas comunitarias, hecho que fue acogido con amargura por los pescadores británicos. Tras ese acuerdo, los pesqueros españoles han podido volve...

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El gobierno británico ha estado presto al mandar una patrullera, la Lindisfarne, a vigilar, a los barcos españoles que desde ayer, 1 de enero, han comenzado a faenar en las aguas entre Irlanda y el Reino Unido, conocidas como Irish box. El acuerdo alcanzado en el seno de la Unión Europea como. consecuencia de la incorporación de pleno derecho de España a la política pesquera permite que 40 pesqueros españoles puedan trabajar en todas las aguas comunitarias, hecho que fue acogido con amargura por los pescadores británicos. Tras ese acuerdo, los pesqueros españoles han podido volver al Gran Sol, caladero tradicional al que habían dejado de acudir.Un portavoz de las asociaciones de pescadores británicas advirtió ayer de posibles problemas en los caladeros y opinó que la presencia de la patrullera "siempre sirve de freno" ante cualquier conflicto. El secretario de Estado de Pesca, Tony Baldry, indicó que el Reino Unido "está dispuesto a garantizar que la zona se patrulla de modo adecuado" y rechazó las advertencias de las asociaciones. Dijo, además, que no tiene ningún motivo para dudar de que las autoridades españolas cumplirán por completo los requisitos de la legislación.

Más información

Los barcos españoles, que entren o abandonen las aguas del Gran Sol deberán informar a las autoridades irlandesas o británicas. Si se descubriera que alguno ha cometido alguna irregularidad en aguas británicas sería apresado, su capitán juzgado y recibiría una multa de 50.000 libras esterlinas (entorno a los 10 millones de pesetas).

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