Tribuna:

Música, imagínense

La rutina, es un veneno de las programaciones musicales. Tambiéns un veneno de la enseñanza o de la creación. Hay que desentenderse de la rutina. ¿Cómo? Muy sencillo: con propuestas imaginativas que miren al otro lado del espejo; impulsando la salida natural de la música a la sociedad.Justamente hace un año comentaba el recital que dieron los alumnos de la Escuela de Arte Lírico de París en el anfiteatro de la ópera de la Bastilla, alrededor de las cartas cantadas en el teatro lírico, con los amores y desventuras de Tatiana, Charlotte, Violetta y otras heroínas. Era una iniciativa de la Opera ...

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La rutina, es un veneno de las programaciones musicales. Tambiéns un veneno de la enseñanza o de la creación. Hay que desentenderse de la rutina. ¿Cómo? Muy sencillo: con propuestas imaginativas que miren al otro lado del espejo; impulsando la salida natural de la música a la sociedad.Justamente hace un año comentaba el recital que dieron los alumnos de la Escuela de Arte Lírico de París en el anfiteatro de la ópera de la Bastilla, alrededor de las cartas cantadas en el teatro lírico, con los amores y desventuras de Tatiana, Charlotte, Violetta y otras heroínas. Era una iniciativa de la Opera de París para la captación de públicos jóvenes.

A Violetta, la protagonista de La Traviata, la roclaman ahora desde Alemania en una campaña de recaudación de fondos contra el sida. Violetta padece tuberculosis en la ópera. de Verdi, y esta asociación tuberculosis-sida, reflejo de dos plagas determinantes de dos épocas, ha venido de perlas a la Ópera de Francfort para dedicar una de las próximas funciones en diciembre de La Traviata a beneficio del sida.

Es un ejemplo de solidaridad entre música y sociedad, como también lo es el Réquiem de la reconciliación, que este verano, estrenaron conjuntamente en Stuttgart 15 compositores, entre los que se encuentran Berio, Penderecki, Kurtág, Cerha,- Rihin, Schnittke. o Weir. En el marco de las conmemoraciones or los 50 años transcurridos desde el final de la II Guerra Mundial, es justo recordar la grabación de Claudio Abbado con la Filarmónica de Berlín de Il canto sospeso, de Luigi Nono, compuesto a partir de las cartas a sus familiares y amigos de varios condenados a muerte en campos de con centración. La lectura de las cartas originales por actores . como Bruno Ganz, o Gianmaria Volonté ha complementado la difusión en varias cadenas de televisión.

La imaginación en las programaciones musicales adoptaformas dispares desde el Proyecto Pollini en el últimoestival de Salzburgo, que tanto irritó a los sectores más conservadores, hasta el Tercentenar weekend, original- celebración y con que Londres ha rememorado la muerte de Purcell, ofreciendo la posibilidad de escuchar en unos días todas las obras escénicas del Shakespeare musical inglés a cargo derupos tan estimables como The Academy of Ancient Music, The Consort of Musicke, The Sixteen, etcétera, y en lugares tan señalados como el Barbican, la ENO,. la Guildhall School y otros varios, donde se complementa la fiesta con todo tipo de conciertos, seminarios, películas exposiciones.

En España, la palma de las apuestas musicales imaginaivas se la lleva este año el concierto sobre música y brujería que ofreció la Sinfónica de Galicia en las cuevas de Zugarramurdi. Pero hay otras iniciativas con empuje. Recientemente han concluido los certámenes internacionales de música cinemaográfica en Sevilla o de masas corales, en Tolosa (Guipúzcoa), y están todavía vivos y coleando el Festival de Música Antigua de Aranjuez y el Festival de Otoño en Madrid, con ofertas tan necesarias como el' Preluido del III Milenio, tan entrañables como el homenaje dedicado a Enrique Franco, y tan audaces y efectivas como el Purcell que han hecho Robert Kíng con la Orquesta y Coros de la Comunidad de Madrid. Los esfuerzos renovadores suelen venir, en cualquier caso, dé la periferia: de Granada, con la lúcida programación de Josep Pons para la orquesta; de Las Palmas y Galicia, con la búsqueda de espectadores jóvenes; de Albacete, con sus ciclos de, divulgación de la ópera.

Existen, además, otros signos de animación. Las escuelas de música extienden con tenacidad sus lazos, Radio Clásica ha cumplido 30 años,- la revista Scherzo saca su número 100 el próximo diciembre (10 años, ya), dan sus primeros pasos publicaciones tan diferentes como Quo1ibet desde Alcalá de Henares o Música en otras como Sibila, desde Sevilla, la música tiene un sitio destacado. ¿Motivos para el optimismo? Sí, pero con extrema moderación. Son clavos ardiendo a los que agarrarse en un panorama con indicios sombríos para la cultura, y en particular para la música. Música, imagínense, tal como están los tiempos.

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