Manuel Leguineche y María Antonia Velasco reconstruyen las Cruzadas

'El viaje prodigioso' profundiza en la vida de los contendientes

Las Cruzadas son una parte de la historia que sigue formando parte de los sueños de aventura infantiles, y también entre quienes todavía conservan la capacidad de soñar con héroes y causas perdidas. El periodista Manuel Leguineche y su coautora María Antonia Velasco, en El viaje prodigioso (Alfaguara), han logrado, exorcizar por fin esos fantasmas de su niñez con un libro que reconstruye la época de las Cruzadas, a la luz de la mirada de hoy.

El próximo lunes 27 de noviembre se cumplen 900 años de la histórica llamada del papa Urbano II, instando a los cristianos a marchar sobre Tierr...

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Las Cruzadas son una parte de la historia que sigue formando parte de los sueños de aventura infantiles, y también entre quienes todavía conservan la capacidad de soñar con héroes y causas perdidas. El periodista Manuel Leguineche y su coautora María Antonia Velasco, en El viaje prodigioso (Alfaguara), han logrado, exorcizar por fin esos fantasmas de su niñez con un libro que reconstruye la época de las Cruzadas, a la luz de la mirada de hoy.

El próximo lunes 27 de noviembre se cumplen 900 años de la histórica llamada del papa Urbano II, instando a los cristianos a marchar sobre Tierra Santa para recuperarla. Manuel Leguineche, periodista de muchas batallas como corresponsal de guerra, dice no haberse interesado por los aspectos bélicos de esta larguísima y a veces absurda guerra, sino por saber cómo eran y cómo vivieron los cruzados, el lado mas humano de los protagonistas de ambas partes en la contienda."Urbano Il fue un telepredicador de la época", dice Leguineche, que lo describe en el libro como un hombre joven, esbelto, de poblado mostacho y melena rubia, un hombre que los columnistas de hoy llamarían "carismático y con poder de convocatoria".

"Las Cruzadas fueron una peregrinación armada que el papa Urbano II fraguó para distraer a los príncipes europeos enzarzados en guerras de unos contra los otros, en una causa común ex plica. Pero María Antonia Velasco señala que esta larga guerra fue fundamental para la gesta del mundo contemporáneo. "El Papa la convirtió en Guerra Santa y los reyes mandaron a sus vasallos para crear naciones. Tras todas esas batallas se apagó el poder de oriente y se encendió el de occidente. El mundo que los cruzados consiguieron crear es el que tenemos hoy".

Y aunque no resulta difícil rastrear consecuencias actuales que provienen de aquellas viejas pugnas, Leguineche no quiere dejar pasar por alto cierto oportunismo. "Se ha utilizado a las Cruzadas muchas veces como el arma arrojadiza de la historia", dice, "tanto desde el fundamentalismo musulmán como desde el cristiano".

Es fácil decir que las consecuencias de la Guerra Santa se pueden sentir aún hoy. "No es una herida mal cicatrizada, yo diría que es una enfermedad endémica", dice Velasco. "Todos los siglos han sido religiosos y los enemigos han sido siempre los mismos: no los hombres en sí, sino los dioses que los hombres inventaron".

Los autores de El viaje prodigioso se han limitado al relato de la primera cruzada, la única victoriosa, con motivo de los 900 años de su inicio. El libro ha sido elaborado en pocos meses, en los que reunieron mucha documentación y trataron de destacar algunos de los aspectos más curiosos y relevantes de la historia. Figura la versión cristiana, la musulmana y hasta la de las heroínas de las Cruzadas. Es un libro, en ese sentido, políticamente correcto.

Imágenes del pasado

"Hemos querido hacer un libro para todo tipo de público", dice María Antonia Velasco. "Los temas son tratados de forma muy visual, como las viñetas de un cómic, con un cierto sentido del humor. Pero eso no quiere decir que nos lo hayamos tomado a la ligera. Sin ser un libro de consulta sobre las Cruzadas, todos los datos que damos son fiables".La galería de personajes es larga y "fascinante", según los autores: Pedro el Ermitaño, Gualterio Sin Haber, Drogo de Neslé, Claramblado de Ventreuil, Godofredo y Bohemundo, Kilij. Arslan, La espada del león, Yaghi Siyán... "Muchos de estos señores eran hombres muy elegantes aunque bastante guarros, no se cambiaban sus vistosos trajes en veinte años", comenta Velasco. "Nos ha interesado tanto la brutalidad como el romanticismo de los cruzados", dice Leguineche. 'Esa locura que motivó a los hombres de una época a dejarlo todo y emprender una aventura sin sentido".

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