Cartas al director

El reglamento taurino

Le dirijo esta carta para denunciar el hecho de que el Ministerio de Justicia e Interior, a través de su Secretaría General Técnica, aún no haya dado cumplimiento a la moción del Senado (con fecha 11 de noviembre de 199) instando al Gobierno a que modificara con urgencia el reglamento taurino de 1992, con el fin de intentar erradicar el escándalo habitual del afeitado de las reses.La moción, que fue defendida con admirable vigor por el senador Juan Antonio Arévalo y aprobada por unanimidad por la alta Cámara, instaba al Gobierno a derogar, antes de comenzar la actual temporada taurina, los del...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Le dirijo esta carta para denunciar el hecho de que el Ministerio de Justicia e Interior, a través de su Secretaría General Técnica, aún no haya dado cumplimiento a la moción del Senado (con fecha 11 de noviembre de 199) instando al Gobierno a que modificara con urgencia el reglamento taurino de 1992, con el fin de intentar erradicar el escándalo habitual del afeitado de las reses.La moción, que fue defendida con admirable vigor por el senador Juan Antonio Arévalo y aprobada por unanimidad por la alta Cámara, instaba al Gobierno a derogar, antes de comenzar la actual temporada taurina, los deleznables artículos 49 -que autoriza a arreglar los pitones estropeados en el campo (?)- y 59 -que permite lidiar una corrida sospechosa de afeitado bajo la responsabilidad del ganadero- del citado reglamento taurino.

Llevamos ya siete meses desde el inicio de la temporada, y esos preceptos, que consiente tácitamente el fraude en la fiesta, siguen en vigor. La Secretaría General Técnica alega ante este incomprensible y bochornoso retraso que, al tener la práctica totalidad de las comunidades autónomas transferidas las competencias en materia taurina, desea consensuar la reforma con éstas y así evitar "17 reglamentos distintos".

Hasta que esa prometida reforma llegue, la integridad del espectáculo taurino, reconocido por la magnífica ley taurina de 1990 como un derecho indisponible ¿el espectador, continúa siendo pisoteada .-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En