Martín Largo dice que su novela "es una planta envenenada"

El editor y los escritores que participaron ayer en la presentación de la primera novela de José Ramón Martín Largo no sabían bien qué decir del hombre, pero sí de su obra. Saludada como una de las novelas más interesantes que se han escrito en España en los últimos años, El momento de la luna (Alfaguara) se alza entre el misterio y la timidez de su autor y el magnetismo de una prosa madura y sabia.

Arropado por sus editores y dos novelistas como Juan José Millás y Manuel de Lope, José Ramón Martín Largo fue presentado como un "escritor no mediático". "No hay nada espectacular en su vid...

El editor y los escritores que participaron ayer en la presentación de la primera novela de José Ramón Martín Largo no sabían bien qué decir del hombre, pero sí de su obra. Saludada como una de las novelas más interesantes que se han escrito en España en los últimos años, El momento de la luna (Alfaguara) se alza entre el misterio y la timidez de su autor y el magnetismo de una prosa madura y sabia.

Arropado por sus editores y dos novelistas como Juan José Millás y Manuel de Lope, José Ramón Martín Largo fue presentado como un "escritor no mediático". "No hay nada espectacular en su vida para llamar la atención de los medios", dijo Juan Cruz, director de Alfaguara, "ni acaba de salir de la cárcel, ni es hijo de alguien famoso. Su carta de presentación es una novela que todos los que la han leído hasta el momento saludan como una gran obra".Manuel de Lope consideró a Martín Largo un escritor con un "estilo radicalmente distinto a los best sellers noveles, que tienen un compromiso algo infantil con la literatura". Millás dijo que El momento de la luna es una novela a la "que no hay que perdonarle nada por ser la primera de un autor".

El propio autor quiso distraer cualquier tipo de atención sobre su persona para limitarse a hablar de su obra literaria. Nacido en Toledo en 1960, dice haberse dedicado a muchos trabajos diversos, no especificados. Una oscuridad que sólo se alumbra con el verdadero poder de su prosa cuidada Y precisa. "El momento de la luna está escrita en cierto tono de comedial, pero se cuentan cosas importantes para los personajes", dice. "El tono es de divertimento, pero se ve que dentro hay una sensación de amargura, de nostalgia, de frustración. Es un divertimento con trampa, como Una planta envenenada".

La trama de la novela se centra en tres personajes, un triángulo formado por dos viejos amigos y la mujer de uno de ellos. El encuentro remueve en ellos viejos sedimentos que despiertan fantasmas de su vida interior, Aunque está contada en tercera personal la obra involucra al lector en la interioridad de sus protagonistas. "Busco en mis personajes situaciones límite, que obliguen a otra percepción de la realidad", explica.

Mucho realismo

"En la novela actual se ha entrado demasiado en el realismo", dice Martín Largo, "se buscan analogías con lo que sucede alrededor y se ha perdido el gusto por lo fantástico. Lo bueno de escribir es hacerlo sobre cosas imposibles"."La realidad próxima me interesa poco, lo que me atrae son los entresijos de la realidad que, paradójicamente, te llevan a lo fantástico".

El momento de la luna es la primera novela que publica, aunque antes escribió otra que sigue guardada en un cajón. "Tenía muchas geniosidades y en esta segunda novela quise optar por una narración mucho más austera, mas madura. He estado escribiendo para mí mismo muchos años. No es una autolimitación, pero acepto que se escribe para alguien y pronto sabré cuál es mi público. Todo ha sido un monólogo hasta ahora", dice.

Martín Largo es un hombre celoso de su intimidad. Las pocas referencias a sus gustos personales se deslizaron, a través de tres de sus autores españoles preferidos: Blanco White, Pío Baroja y Bergamín. Su aprecio de la música clásica, en particular la ópera, y un gusto personal por la estética oriental y el budismo zen. Entre sus ocupaciones sólo reveló su trabajo en varios guiones cinematográficos y documentales. Actualmente prepara uno sobre Buenaventura Durruti.

"Escribo desde los 14 años, y desde entonces no he dejado de hacerlo. Siempre he escrito fascinado por el fondo de la obra. Después de descubrir lo íntimamente ligados que están fondo y forma ha cambiado mi forma de acercarme al texto. Sabré qué es lo que quiero escribir cuando sepa cómo hacerlo. Por eso mi escritura trata de ser precisa y austera", dijo.