10.641 alumnos desganados terminan mañana la repesca de una selectividad para 662 plazas

La ilusión y los nervios los perdieron en junio cuando se presentaron a los exámenes de selectividad. Y suspendieron. Pero, además una plaza en la carrera deseada. Ayer, 10.641 matriculados en total, la mayoría decepcionados y desganados, se presentaron a la repesca de las pruebas de acceso, que termina mañana. "Pero ¿acceso adónde?", pregunta un alumno. A alguna de las 662 plazas de las ramas de la carrera de filología o a pagar más de 500.000 pesetas en un centro privado. Son las opciones para no perder el curso.

"En la calle, es ahí donde nos dejan a los de septiembre, en la put...

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La ilusión y los nervios los perdieron en junio cuando se presentaron a los exámenes de selectividad. Y suspendieron. Pero, además una plaza en la carrera deseada. Ayer, 10.641 matriculados en total, la mayoría decepcionados y desganados, se presentaron a la repesca de las pruebas de acceso, que termina mañana. "Pero ¿acceso adónde?", pregunta un alumno. A alguna de las 662 plazas de las ramas de la carrera de filología o a pagar más de 500.000 pesetas en un centro privado. Son las opciones para no perder el curso.

"En la calle, es ahí donde nos dejan a los de septiembre, en la puta calle" Así de tajante se mostró ayer Javier, un estudiante de 18 años, que aprovechará para hacer la mili y no perder el año. "Y con un poco de suerte el año que viene estudiaré Derecho, pero éste me han hecho una buena faena", decía este alumno en un descanso entre examen y examen en la Universidad Autónoma donde acudieron 3.013 aspirantes.Sólo buscan el aprobado o, en el caso de los más afortunados, conseguir la mejor nota posible, que guardarán para el año próximo. "Es un año perdido", decía con infinita tristeza Elena Catá, nada más finalizar la prueba de Matemáticas. "El examen me ha salido bien, pero me siento fatal, No estoy nerviosa, porque no tengo mucho que jugarme, pero sí estoy muy depecionada", prosiguió esta alumna, de 19 años, que estudiará la carrera de Trabajo Social en una universidad de pago, la de Comillas.

También Adela Cuadros, de 19 años, se estrenará como universitaba en un centro privado. "Haré Comercio Exterior o Informática. Quería estudiar en la pública Trabajo Social, pero no puede ser. Además, entiendo que las, plazas las hayan ocupado los de junio, porque se lo merecían más", razonó esta El edificio de la alumna.

Forzadas ocupaciones

Otras alumnas debatían en el campus de Cantoblanco sobre sus inmediatas y forzadas ocupaciones. "Prefiero no disgustarme y tomármelo con filosofía. Me guardaré la nota para el siguiente año y ahora estudiaré inglés, informática o buscaré trabajo", decía Marta Linares, de 18 años, que el próximo año intentará estudiar la cartera de Psicología. "Estudiar lo tengo descartado, pues emplearé este año en trabajar. Después de pasarme todo el verano con los apuntes es muy decepcionante verte en esta situación", señaló su compañera Sonia Montes, de 18 años.Al contrario que en junio, muy pocos hablaban de la dificultad de las pruebas. La poesía de Gerardo Diego o de Vicente Aleixandre, la novela de antes del 36 o la obra de teatro Tres sombreros de copa, como preguntas del ejercicio de Literatura, eran lo de menos. "Ha estado bien, pero, vamos, tampoco es que esté muy ilusionada", dijo María del Carmen Linares, de 19 años. En octubre esta alumna cambiará la carrera de Trabajo Social, que tenía previsto estudiar en la universidad pública por la de Relaciones Públicas, que cursará en una privada.

Los chavales intentaban no desanimarse. Los 32.000 aprobados en la selectividad de junio se comieron las principales raciones del pastel universitario. Ahora sólo quedan migajas.

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En total, 662 plazas en algunas. especialidades de la carrera de Filología. En la Complutense (5.198 matriculados) hay 430 vacantes a repartir, informa Antonio Jiménez. Ayer, Laura Vélez, de 18 años, comentaba con cuatro amigas el examen. Ninguna de ellas piensa estudiar Filología. Se presentan a la selectividad sabiendo que deberán esperar un año para intentar matricularse en una carrera de su gusto.

En el caso de Laura ésta es Logopedía y Terapia Ocupacional. "Muchos de los que se examinan hoy ya van pensando en guardar la nota para, el año que viene o repetir la selectividad en junio", dice Laura, con algo de resignación.

La oferta de Alcalá de Henares (805 examinandos) se reduce a 10 plazas en la rama de Filología Hispánica. Para los estudiantes dé la Politécnica (1.300 matriculados) y de la Carlos 111 (325) no queda ningún hueco.

A la salida del examen a los alumnos se les entregaban folletos con anuncios de academias privadas donde preparar la selectividad del próximo año -por si alguien quiere subir la nota de éste-, de universidades y de centros privados.

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