El Gobierno ruandés se agrieta tras la dimisión de cuatro ministros

Las calles de la capital de Ruanda, Kigali, estaban ayer en calma mientras la crisis desatada por la destitución del primer ministro, Faustin Twagiramungu, se agravaba. A Twagirarmingu un hutu moderado que ha salido del Gobierno tras entrar en abierta discrepancia con el hombre fuerte del régimen, Paul Kagame, le siguió ayer la dimisión de los ministros de Interior, Justicia e Información. La ruptura en el seno del Ejecutivo bajo control del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que se alzó con el poder en julio del año pasado, tras derrotar al Ejército que instigó y participó en la matanza de casi...

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Las calles de la capital de Ruanda, Kigali, estaban ayer en calma mientras la crisis desatada por la destitución del primer ministro, Faustin Twagiramungu, se agravaba. A Twagirarmingu un hutu moderado que ha salido del Gobierno tras entrar en abierta discrepancia con el hombre fuerte del régimen, Paul Kagame, le siguió ayer la dimisión de los ministros de Interior, Justicia e Información. La ruptura en el seno del Ejecutivo bajo control del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que se alzó con el poder en julio del año pasado, tras derrotar al Ejército que instigó y participó en la matanza de casi un millón de tutsis y hutus moderados, agranda la crisis de con fianza entre las los etnias enfrentadas en el pequeño país centro africano.La salida del Gobierno de 1 fue presenta a Twagiramungu por la presidencia ruandesa como una destitución aprobada por el Parlamento. En su carta de dimisión, Twagiramungu acusa al Ejército ruandés, tutsi en su mayor parte, de haber cometido numerosas matanzas y represalias a lo largo del país sin que Kagame vicepresidente y ministro de Defensa, hiciera nada al respecto. Los teléfonos del ya ex primer ministro y de sus compañeros dimisionarios fueron inmediatamente desconectados por temor a qué hicieran declaraciones contrarias al régimen.

Era el último argumento que necesitaban los más de dos millones de refugiados hutus en los países limítrofes para alentar su vuelta a casa. Ese mismo temor lo expresaron ayer fuentes diplomáticas. Un número reducidísimo se sirve de los medios puestos a su servicio por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para, volver a Ruanda.

Mientras el ACNUR pidió ayer a las organizaciones no gubernamentales que operan en los campos de refugiados de Goma, al este de Zaire, que evacuen a su, personal por cuestiones de seguridad, el primer ministro zaireño, Kengo wa Dondo, anunciaba que su Gobierno no podía seguir proporcionando acogida a casi millón y medio de ruandeses que se instalaron en su territorio en julio de 1994 tras entrevistarse con Saclako Ogata, máxima responsable de ACNUR, Kengo wa Dondo señaló que su país había comunicado a la ONU que los refugiados debían abandonar Zaire antes de que terminara el presente año.

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