FERIA DE MÁLAGA

Toreros antiguos

Trujillo y Ortiz son dos jóvenes toreros malagueños que el pasado año, aún de novilleros, formaron el taco en esta plaza. Demostraron un valor y una decisión nada comunes en estos tiempos. Tomaron la alternativa e, inexplicablemente, sus nombres casi desaparecieron del escalafón. A estas alturas, no suman entre ambos media docena de actuaciones.Han vuelto a Málaga, otra vez mano a mano, con toros de cuatro ganaderías que reunieron todos los defectos del ganado bravo: mansos, reservones, con sentido, flojos y muy deslucidos. Para mayor decepción, sólo se cubrió la mitad del aforo, lo que...

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Trujillo y Ortiz son dos jóvenes toreros malagueños que el pasado año, aún de novilleros, formaron el taco en esta plaza. Demostraron un valor y una decisión nada comunes en estos tiempos. Tomaron la alternativa e, inexplicablemente, sus nombres casi desaparecieron del escalafón. A estas alturas, no suman entre ambos media docena de actuaciones.Han vuelto a Málaga, otra vez mano a mano, con toros de cuatro ganaderías que reunieron todos los defectos del ganado bravo: mansos, reservones, con sentido, flojos y muy deslucidos. Para mayor decepción, sólo se cubrió la mitad del aforo, lo que indica que esta afición es corta y el público sólo entiende de figuritas conocidas.

No triunfaron. Es decir, no cortaron orejas. La verdad es que fue imposible con los toros que salieron al ruedo. Por eso, casi con toda seguridad, Trujillo y Ortiz volverán al anonimato.

Cuatro ganaderías / Trujillo, Ortiz

Toros: 1º de Clotílde López; 2º, de José Luis Pereda; 3º y 6º, de Joaquín Buendía; 4º y 5º, de Carlos Núñez. Flojos, mansos, difíciles.Juan José Trujillo: media caída (vuelta); estocada trasera y descabello (ovación); estocada y descabello (ovación). Ricardo Ortíz: dos pinchazos (ovación); media, pinchazo y estocada (ovación); cuatro pinchazos (palmas). Plaza de Málaga, 15 de agosto. 3ª corrida de feria. Media entrada.

Quede constancia, sin embargo, de que son dos toreros enormes, que han acrecentado, si cabe, la decisión, el valor y el pundonor que demostraron de novilleros. Durante toda la tarde mantuvieron una pelea de toreros encastados, vibrantes y valientes; de toreros antiguos, en una palabra. Su total entrega impidió el aburrimiento y pudieron superar con éxito las numerosísimas dificultades que les plantearon los toros. Torean poco, muy poco, pero tienen unas ganas de ser figuras que dan miedo.

Por encima de todo, ofrecieron una imagen de toreros de raza, dotados de un arrojo excepcional. Resucitaron la competencia, tan denostada hoy, en quites, en banderillas, y en toda una labor de conjunto que llenó el ruedo de honda torería.

Los tres toros de Trujillo no ofrecieron ninguna comodidad: muy blando y soso el primero, y con sentido y reservones los otros dos. A los tres toreó de capote con justeza y quietud; los banderilleó con decisión, y los plantó cara con la muleta sin arrugarse. Así, sobresalieron sus naturales al primero y sexto.

Ortiz es el que menos ha toreado de los dos, pero no se deja ganar la pelea en el ruedo. Muy decidido y valiente, puso banderillas con su padre y su tío en un tercio lleno de sabor torero, y se la jugó sin cuento, en especial ante el cuarto, muy complicado, al que arrancó naturales de gran mérito.

Una tarde de toros a la antigua, con toreros que no parecen de hoy. Quizá por eso permanecen en el anonimato.

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