Hassan II espera reconciliarse con la UE durante la visita de Chirac

El chergui, un viento caliente procedente del Sahara, recibió al presidente francés, Jaeques Chirac, quien inició ayer por la tarde en el aeropuerto de Rabat-Salé una visita de tres días a Marruecos. Alpie del avión le esperaba el rey Hassan II, que con este encuentro espera reconciliarse con Francia, pero sobre todo con la Unión Europea, en un intento de cicatrizar así las heridas provocadas en los últimos meses por el contencioso de la pesca.

Los preparativos y la llegada de Chirac a Rabat colapsaron durante todo el día el centro de la capital, mientras se hermanaban las banderas fran...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El chergui, un viento caliente procedente del Sahara, recibió al presidente francés, Jaeques Chirac, quien inició ayer por la tarde en el aeropuerto de Rabat-Salé una visita de tres días a Marruecos. Alpie del avión le esperaba el rey Hassan II, que con este encuentro espera reconciliarse con Francia, pero sobre todo con la Unión Europea, en un intento de cicatrizar así las heridas provocadas en los últimos meses por el contencioso de la pesca.

Los preparativos y la llegada de Chirac a Rabat colapsaron durante todo el día el centro de la capital, mientras se hermanaban las banderas francesas y marroquíes y la prensa local salía a la calle con grandes titulares anunciando la visita del presidente y amigo.. Tres horas antes del aterrizaje del avión presidencial, centenares de marroquíes, con turbante, chilaba limpia y recien planchada, esperaban ya el cortejo, soportando una temperatura de 40 grados, en las escaleras que conducen a la estación central.

Con esta visita, Marruecos y Francia se reconcilian políticamente. Prensa y observadores políticos han tenido especial cuidado en recalcar las tumultuosas relaciones entre las dos capitales durante el mandato socialista del presidente Mitterrand, agravadas con las declaraciones de su esposa Danielle en favor de los independentistas saharauis y de los derechos humanos, o por la publicación en Europa del libro Nuestro amigo el rey, de Gilles Perrault.

Alguien recordaba ayer que el primera viaje a África de Mitterrand en 1981 fue para visitar Argelia, vecino incómodo de Marruecos, mientras que Chirac ha escogido Rabat. Era una decisión basada no sólo en los intereses políticos y económicos comunes, sino también en los vínculos de amistad que mantienen desde hace años el presidente francés y el monarca alauí.Los malos momentos vividos entre Francia y Marruecos parecen olvidados. París se ha convertido, sobre todo desde ayer, en el mejor amigo de Rabat y en el interlocutor privilegiado ante la Unión Europea. Esto es al menos lo que decía unánimemente la prensa local, que de manera sutil se refería a España y al contencioso de la pesca. Algunos iban más allá y anunciaban incluso que esta visita servirá para "reactivar las negociaciones de la pesca con Bruselas, que están bloqueadas por el momento".

Con el séquito de Chirac viajan los ministros de Exteriores, Hervé de Charette, y de Economía y Finanzas, Alain Madelin, quienes intentarán concretar acuerdos bilaterales de colaboración y cooperación. Horas antes de que se iniciara la visita, la Caja Francesa del Desarrollo acordaba otorgar un préstamo de 160 millones de francos (unos 3.800 millones de pesetas) a Marruecos para financiar los proyectos hidráulicos del norte del país, y reforzar la red de distribución de agua potable en el Rif y Al-Hoceima, la antigua Alhucemas española.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En